Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Riego óptimo para una trufa más rentable

El CITA trabaja en la creación de una red de dispositivos que permitan conocer el estado hídrico de las encimas y tomar decisiones sobre cantidad y momento de riego

Encinas truferas a las que va destinada la investigación en la que trabaja el CITA.
Encinas truferas a las que va destinada la investigación en la que trabaja el CITA.
CITA

Optimizar el regadío en las plantaciones de producción de trufa por medio de una herramienta que facilite información sobre el estado de las encinas es el objetivo del proyecto en el que trabaja el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA).

Denominado ‘Aplicación de nuevas tecnologías al desarrollo de sensores para el seguimiento no destructivo del estado hídrico de la encina (Quercus ilex L.) en plantaciones truferas’, este proyecto, que se prolongará durante tres años, cuenta con un presupuesto aproximado de unos 125.000 euros y está financiado por el Programa de I+D+I Orientado a los Retos de la Sociedad del Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y de Innovación.

El investigador del CITA y coordinador del proyecto, José Javier Peguero, explica que el proyecto consiste en el desarrollo de unos sensores que permitan "conocer de manera rápida y precisa el momento en que es necesario el riego, minimizando al máximo la intervención en la plantación y asegurando la producción de trufa en cuanto a parámetros de cantidad y calidad". "No buscamos decirle al agricultor o al responsable de una plantación cuál es la cantidad adecuada de riego, sino proporcionar herramientas que le permitan tomar las decisiones más adecuadas en lo que respecta al riego para que sea lo más eficiente posible", añade.

Para alcanzar este objetivo, los investigadores de la Unidad de Recursos Forestales del CITA realizarán el seguimiento del estado hídrico de plantaciones truferas de encina (Quercus ilex L.) a través de la validación de técnicas ya contrastadas en otras especies vegetales y la puesta a punto y validación de nuevas técnicas no destructivas, no invasivas y de fácil manejo basadas en el empleo de las microondas, que puedan permitir el desarrollo de nuevos sensores precisos, de fácil interpretación y capaces de establecer un seguimiento continuo del contenido hídrico de las plantaciones.

Los datos se obtienen de la información que proporcionan las hojas de las encinas. Por ello, son el lugar idóneo para aplicar aplicar dichas herramientas, que consisten en la medición de dos parámetros fundamentales.

En primer lugar, la medida de la temperatura de la hoja por medio de sistemas de termografía y, en segundo lugar, la aplicación de sistemas de seguimiento de la reflectación, es decir, de la incidencia de la luz en la propia hoja. Esta se obtiene tanto de la parte visible de la hoja, donde se analiza cómo se está llevando a cabo el proceso de fotosíntesis, y en la parte interna, a través de infrarrojos.

Sin embargo, la parte más novedosa de este proyecto, por su menor utilización en otras especies, es el sistema de microondas de radiofrecuencia para realizar la transmisión de datos.

De hecho, tal como explica su coordinador, el primer paso es desarrollar las frecuencias adecuadas y ver si son exitosas en una especie como la encina. A partir de ahí es cuando se llevaría a cabo el desarrollo de los prototipos portátiles de sensores.

El riego, básico para la trufa

La mayor parte de las parcelas productoras de trufa se asientan en zonas de escasa precipitación y suelos degradados, por lo que el riego es una labor básica a realizar en las parcelas si se pretende obtener una cosecha continua y homogénea. Para conseguir este objetivo José Javier Peguero señala que "el conocimiento del estado fisiológico de la encina en respuesta al estrés hídrico es fundamental para establecer la necesidad de riego en plantaciones truferas, y asegurar así la producción de trufa en cuanto a parámetros de cantidad y calidad, a la vez que se optimiza el uso de los recursos hídricos disponibles".

En Aragón, el cultivo de la trufa negra ocupa en la actualidad una superficie de unas 10.000 hectáreas, con una tendencia creciente durante los últimos años. En España se considera que se produce más del 50% de la trufa comercializada en el mundo.

Los investigadores esperan que la información generada en el proyecto "tenga un alto grado de repercusión a nivel práctico, proporcionando novedosas herramientas para la gestión de riego de las plantaciones de encinas truferas", afirman desde el CITA.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión