Heraldo del Campo

Saber leer en el mercado, la asignatura pendiente

El IA2 ha puesto en marcha un concurso escolar y una iniciativa ciudadana con las que enseñar y potenciar la lectura de las etiquetas nutricionales.

El IA2 ha convocado el concurso 'Inventa un alimento' para los escolares de primaria.
El IA2 ha convocado el concurso 'Inventa un alimento' para los escolares de primaria.
IA2

Valor energético, grasas trans o saturadas y proteínas. Esas son algunas de las palabras que aparecen en las etiquetas nutricionales de los alimentos que se compran en el supermercado y que, por ley, deben darse a conocer al consumidor. Pero, ¿realmente se sabe el impacto que tienen en la salud?

Para ayudar a que la respuesta sea afirmativa, el proyecto de divulgación científica ‘Alimentando la ciencia’ del Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2) ha puesto en marcha dos iniciativas con las que enseñar a interpretar las etiquetas de los productos. «Tenemos que desarrollar conocimientos a la hora de ir a comprar para que todos sepamos lo que estamos adquiriendo», asegura Nacho Gordillo, responsable de comunicación del IA2.

La iniciativa ‘#MiralaetiquetaIA2’ busca la colaboración ciudadana para hacer una «crítica constructiva -indica Gordillo- a aquellos productos cuya etiqueta pueda inducir a error». Para ello, aquellos consumidores que perciban inexactitudes en algún alimento pueden enviar una fotografía de la etiqueta al correo comunicacionia2@unizar.es o publicarla en la red social Twitter con el ‘hashtag’ ‘#MiralaEtiquetaIA2’. Fijarse en la letra pequeña y prestar atención a los productos ‘light’ son las dos recomendaciones iniciales que proponen desde el IA2.

Hasta ahora, según reconoce el responsable de comunicación, «las aportaciones más numerosas son sobre las proporciones de los ingredientes, que suelen inducir a error y crear dudas en el consumidor». Gordillo pone de ejemplo el caso de unas salchichas cuyo envase rezaba: ‘100% pavo’, mientras que en la etiqueta nutricional de los ingredientes, el pavo suponía un 54% del producto. Desde el IA2 señalan que esta iniciativa no está para denunciar si no para formar, porque «puede que no esté mal etiquetado, solo que no sabemos interpretarlo», indica Gordillo. Los ejemplos y dudas recibidas serán analizados por un experto cuyo comentario se publicará en la web del proyecto para orientar al consumidor.

Educar desde el colegio

Para formar en la lectura de las etiquetas desde pequeños, el IA2 ha convocado el concurso escolar para primaria ‘Inventa un alimento’. En él, los participantes tienen que inventar un nuevo producto procesado, y presentarlo tal y como se podría adquirir en el mercado, junto a su etiqueta nutricional y su método de conservación. «Pueden variar su características o su envasado», explica Gordillo. Esta actividad se enmarca dentro de la Feria de los Inventores que tendrá lugar el 29 de septiembre en Etopia, con motivo de la celebración de la Noche de los investigadores en Aragón.

Así, con estas dos nuevas iniciativas del proyecto ‘Alimentando la ciencia’, el IA2 busca «acostumbrar a la población a leer lo que se compra». Todas las propuestas educativas de esta institución pretenden acercar al mundo de la investigación y la ciencia de los alimentos de una manera más entretenida. Una gimcana, un taller de fraudes alimentarios y un ‘corner show’ donde ofrecer demostraciones experimentales son algunas de las acciones de ‘Alimentando la Ciencia’ que ya han hecho escala en diferentes localidades y muestras de todo Aragón. El objetivo es común: difundir la ciencia, la tecnología y la investigación del IA2.

Más información en el Suplemento Heraldo del Campo

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