Heraldo del Campo

Cereza y ajo para asentar población

Las particularidades de la cereza y el ajo tierno de Ricla (Zaragoza) están consiguiendo incrementar sus ventas y conquistar nuevos mercados en el exterior.

El consejero de Desarrollo Rural, Joaquín Olona, visitó la feria.
El consejero de Desarrollo Rural, Joaquín Olona, visitó la feria.
DGA

Su gran tamaño y su intenso sabor son las principales características de la cereza de Ricla, el símbolo de la producción agraria de la localidad. De hecho en la población, casi 30 explotaciones agrarias, de diverso tamaño, cultivan este producto del que se recogen entre ocho y diez millones de kilos. De ellos, la mayoría se comercializan en el mercado nacional, aunque hay empresas que llegan a enviar hasta un 30% de su producción a otros países, principalmente a Francia, Bélgica e Italia, y ya ponen sus miras en el Reino Unido e incluso en países asiáticos y del Medio Oriente.

Para dar a conocer este producto e impulsar sus ventas, Ricla celebró hace unas semanas la segunda edición de la Feria de la Cereza y el Ajo, en la que participaron alrededor de una veintena de expositores y que el concejal de Agricultura de la población, Pedro Cabañero, calificó como «éxito». «Estamos ya pensando en la tercera edición. Queremos consolidarla como una feria agrícola y alimentaria, no generalista», añade el edil.

En la misma línea se manifestaba Gonzalo Peyrona, gerente de Rikila, quien incide no solo en el número de visitantes que pasaron por la feria, sino también en su procedencia. «No solo vino gente de las localidades cercanas o de Zaragoza, sino de sitios más alejados como Valencia o Alicante».

Además, a juicio de Peyrona, se empieza a notar entre los consumidores una «mayor demanda de productos locales de calidad».

En condiciones climatológicas normales, la escasa pluviometría, junto a la arenosidad del terreno son dos de los factores que confieren a la cereza de Ricla su tamaño y su sabor. Sin embargo, las altas temperaturas de las últimas semanas y las tormentas, alguna de las cuales dejó hasta 120 litros por metro cuadrado, han hecho que la campaña de cereza de este año haya sido «muy mala», para los productores de la zona. Aunque no hay cifras oficiales, los agricultores estiman que las pérdidas pueden alcanzar el 50% de la cosecha. Un «desastre de campaña» a juicio de Javier Traín, director de producción de Agrotrain.

No obstante, y pese a las dificultades, los productores de cereza siguen apostando decididamente por la innovación y por la mejora continua para ofrecer a sus clientes un producto de mayor calidad.

La incorporación de nuevas variedades de cereza es una de las principales vías de investigación en las que trabaja el sector, que reivindica un mayor apoyo de las instituciones en este aspecto: «Los agricultores arriesgamos mucho cuando experimentamos con nuevas variedades, porque hay algunas que no se adaptan. Las administraciones van por detrás y nos sentimos un poco abandonados. Falta apoyo a la experimentación», asegura Traín.

Ajo verde

Pero no solo de la cereza vive Ricla. El ajo tierno verde de la localidad es el otro producto estrella. Desde Ricla se abastece de esta hortaliza a la mayor parte de las cadenas de distribución del país.

Con una tradición más arraigada en el tiempo, de este producto, del que existen hasta siete marcas diferentes en la localidad, se recogen unos 100.000 kilos por campaña.

Cereza y ajo son dos de las producciones agrarias con importante presencia en esta localidad, en la que la agricultura, como señaló el alcalde de Ricla, Ignacio Gutiérrez Carnicer, «ha conseguido aumentar su población en 1.000 habitantes (llegando a los 3.000) en los últimos 10 años». El campo «genera trabajo y consigue asentar a la población», dijo.

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