Heraldo del Campo

"Lo mejor del mundo del vino es que nunca acabas de aprender"

Los hermanos Esteban Pelegrín están al frente de Bodegas Esteban Castejón que, en los últimos años, se ha convertido en un referente de la D.O. Calatayud

Carmelo Esteban, durante una guía por su bodega, ubicada en el término de Ibdes.
Carmelo Esteban, durante una guía por su bodega, ubicada en el término de Ibdes.
Jesús Macipe

Cecilio Esteban Camacho llegó a Ibdes, a principios de los años treinta del siglo pasado, con la firme intención de que las vecinas de la localidad aprendieran a coser a máquina, ya que esa era una de las tareas que tenía encomendadas como representante de una conocida marca de costura. Lo que nunca se hubiera podido imaginar es que en este privilegiado rincón de la provincia de Zaragoza encontraría el amor y desarrollaría su verdadera vocación, esa que le hizo plantar las primeras viñas y fundar una bodega en el año 1945.

Siete décadas después, sus nietos, Carmelo y José Miguel Esteban Pelegrín, hablan con orgullo de este emprendedor soriano que primero transmitió su pasión por el oficio a su hijo Carmelo y después hizo lo propio con sus nietos.

Hoy, esta tercera generación de bodegueros ha transformado la sede primitiva de Bodegas Esteban Castejón en unas modernas instalaciones, equipadas con las últimas innovaciones y capaces de transformar más de 800.000 kilos de uva procedentes de las fincas de la localidad y de pueblos próximos, todos ellos pertenecientes a la Denominación de Origen Calatayud, de la que esta bodega forma parte desde el año 1998.

«Es una fecha que no olvidaremos nunca porque envasamos nuestro primer vino, que llevaba por nombre ‘Tranquera’, un rosado elaborado con dos de las variedades más históricas de Ibdes, tempranillo y garnacha. Este vino nos dio nuestras primeras alegrías y fue el punto de arranque de un proyecto de comercialización en el que hemos ido paso a paso, hasta alcanzar la cifra de las 100.000 botellas que pusimos a la venta el año pasado», apunta Carmelo Esteban, responsable de la bodega, junto con su hermano.

Pero, para llegar hasta esta cifra, han sido necesarias muchas horas de trabajo y también de formación agrícola y vitivinícola, asesorados por expertos enólogos que han contribuido a la calidad de estos vinos.

Actualmente, la bodega comercializa un total de ocho tipos de vino diferentes, cuatro tintos, un rosado y tres blancos. El último de los blancos responde al nombre de ‘180 noches’ y está elaborado con la variedad malvasía, que a punto ha estado de perderse en la D.O. Calatayud. «Hemos hecho una apuesta muy personal por esta uva que antiguamente era muy conocida en Ibdes pero que fue sustituida por otras variedades más rentables. Es un vino afrutado, cien por cien malvasía, único en Aragón, y cuyo nombre hace referencia al ciclo de la uva, desde que brota y hasta que se vendimia, alrededor de 180 noches», matiza.

Y del ciclo de la uva saben mucho estos dos hermanos, que, desde muy pequeños, han contribuido con su trabajo a hacer realidad el sueño de su abuelo y de su padre, plantando muchas de las cepas que hay distribuidas en las más de 15 hectáreas de terreno de su propiedad, una gran parte de ellas regadas a goteo, en unas fincas de tierra arcillosa y pedregosa, situadas a más de 900 metros de altitud.

Uvas que transforman en vino, que luego embotellan y distribuyen en los principales mercados de Zaragoza y Madrid, dos de los destinos de referencia para estos caldos.

También comercializan a través de su página web, www.bodegasesteban.es, pero el boca a boca sigue siendo fundamental, de ahí que también organicen catas de vino en su propia bodega, previa petición de cita, y en otros establecimientos de Calatayud y Zaragoza. «Lo mejor del mundo del vino es que nunca dejas de aprender, pero estamos convencidos de que hemos elegido el camino adecuado».

Más información en el Suplemento Heraldo del Campo

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