El desbrotado consiste en la eliminación de brotes superfluos de los troncos de algunos árboles con el fin de obtener flores y frutos de una mayor calidad. Esta operación, que se realiza tanto en árboles frutales como en ornamentales, ha de llevarse a cabo cada primavera de forma manual con el consiguiente esfuerzo físico que supone, principalmente en árboles de pequeño tamaño, por ejemplo, la vid.

Sin embargo, el invento patentado por Daniel Baya, un joven agricultor de Borja (Zaragoza), puede conseguir que este desbrotado se haga con un mínimo esfuerzo físico y de forma más rápida y eficiente. Se trata de un desbrotador manual. Un aparato compuesto de dos cepillos enfrentados que eliminan los brotes por arrastre sin producir daños a la planta, algo esencial para su desarrollo, sobre todo en el primer año, cuando se pueden producir heridas en los troncos de los árboles.

Las cerdas de estos cepillos son de un plástico lo suficientemente resistente y flexible para adaptarse a troncos de diferentes diámetros sin sufrir deformación alguna. Es decir, tras ser utilizado, las cerdas de los cepillos vuelven a su posición original evitando la formación de huecos entre ellas.

Reducción de costes

Esta herramienta no permite solo una mejora de la salud de los usuarios, ya que supone no tener que agacharse hasta 5.000 veces al día, evitando lesiones y enfermedades profesionales como lumbalgias, sino que también conlleva una importante reducción de tiempo de trabajo y de coste de esta labor.

El desbrotador manual proporciona un rendimiento de alrededor de 1.100 plantas por hora de trabajo y un ahorro de 35 minutos por cada hectárea de cultivo, lo que supone un ahorro de más de dos horas en cada jornada.

La empresa Dabayma, encabezada por el propio Daniel Baya, comercializa este desbrotador manual, que surgió como una solución a un problema habitual en el campo. «El desbrotado es un trabajo que requiere un gran esfuerzo físico y, hasta ahora, no había nada para aliviarlo», explica Baya, quien, tras idear este aparato, lo patentó hace algo más de dos años.

Daniel, quien se considera «sobre todo, agricultor», reconoce que la mayor dificultad es «entrar en el mercado», sin embargo, su confianza en la eficacia de su producto le ha llevado a contar ya con alrededor de 50 distribuidores en España, más de una decena en Portugal y ya cuenta con presencia internacional. Tiene un distribuidor en Italia y otro en Chile.

Además del desbrotador manual convencional, Dabayma pone a disposición del público un desbrotador manual para actuar en altura. Se trata de un aparato con una forma similar a la de un hacha que permite la eliminación desde el suelo de brotes en los troncos de árboles de hasta cuatro metros de altura. Esta herramienta evita las caídas desde posiciones elevadas. Además, su cuchilla con doble filo permite la extracción de los brotes con cualquiera de las partes de la hoja.

Dabayma, con Daniel y su esposa Beatriz al frente, estuvo presente en la última edición de Tecnovid, que se celebró en la Feria de Zaragoza. Su desbrotador manual recibió uno de los premios que el certamen otorga en cada edición a las novedades técnicas. Una prueba de que en un momento en el que el sector primario cuenta con máquinas de tecnología en el que se pudieron ver los últimos avances para el sector, que en muchos casos cuentan con la tecnología más avanzada, lo sencillo también puede ser sinónimo de eficacia y eficiencia.

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