Heraldo del Campo

Herencia quesera del Somontano

Carmen y Ana Monclús son las herederas de la quesería artesana Radiquero, que ahora se comercializa bajo la marca ‘Radiquero by Monclús’.

Ana y Carmen Monclús.
Ana y Carmen Monclús.

Desde que era una niña, a Carmen Monclús le encantaba ayudar a su padre, el maestro quesero Manuel Monclús, a repartir los quesos que elaboraban por pueblos próximos a su lugar de residencia, Radiquero, un precioso rincón del somontano oscense. Ella anteponía el salir de fiesta a acompañar a su padre, porque desde muy pequeña sabía que su vida estaba íntimamente ligada a esta quesería.

En concreto, lo supo el mismo día que acompañó a su padre hasta Murcia para comprar las cabras con las que harían los primeros quesos. También, siendo muy niñas, ella y su hermana fueron con él hasta Santander para aprender el oficio de quesero, en uno de los mejores laboratorios de España y de ahí directos a su pueblo, donde Manuel Monclús puso en marcha la marca Radiquero, que elaboraba con la leche que le proporcionaban sus propios animales.

«Mi padre siempre ha sido una persona muy emprendedora y muy trabajadora que me animó a seguir con su oficio, aunque al principio lo hacía todo por amor, como él me decía. Trabajé mucho y duro, pero me compensaba porque, gracias a los quesos, he podido conocer a mucha gente y recorrer muchos lugares, llevando nuestros productos de feria en feria», apunta divertida Carmen, a quien su padre legó el negocio hace cuatro años.

Ahora, ya no tienen cabras, sino que compran leche a otros productores de la zona, pero siguen repartiendo miles de kilos al año bajo la marca ‘Radiquero by Monclús’, ideada por Carmen, quien desde hace un año cuenta con la ayuda de su hermana gemela Ana, que se incorporó al negocio.

A fecha de hoy comercializan más de quince variedades diferentes, entre las que no pueden faltar los de papaya, arándanos, trufa melanosporum, flor de nieve o el conocido como azulete aragonés.

«Mi padre se jubiló en el año 2016 y confió el negocio en mí y en mi hermana Ana. Como sabía que soy una persona muy creativa y muy arriesgada, me animó a que le diera a los quesos mi toque personal. Y ahora está muy safisfecho con el resultado final, hasta el punto de que nos dice que antes los quesos eran muy ricos pero que ahora son mucho más», apunta Carmen.

Este carácter rompedor se nota en la gran cantidad de proyectos que Carmen tiene puestos en marcha, y entre los que destacan la comercialización de un queso con notas de albahaca, en colaboración con el cocinero de Grañén Rubén Pertusa, inspirado en los recuerdos de su infancia, o una receta de pizza con  tomate rosa del Somontano y quesos Radiquero by Monclus que está probando en estos momentos.

«Nuestro sueño es seguir creciendo, apostando por la calidad e innovando con nuevos sabores, y todo ello con la mente puesta en ofrecerles a nuestros clientes el mejor servicio y el más rápido», señala.

Para ello, cuentan con un local de distribución en Huesca, desde el que distribuyen puntualmente los pedidos que le llegan de todos los rincones de España, desde Galicia a Andalucía.

«Hemos conseguido que nuestros quesos no se vean solo como un producto para consumir en ocasiones especiales. Ahora, gracias a sus tamaños y su calidad, mucha gente lo consume a diario. El sueño de mi niñez y mi adolescencia hecho realidad», matiza Carmen.

Más información en el Suplemento Heraldo del Campo

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