Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Almendros en Teruel al abrigo de las heladas

Un proyecto financiado por Desarrollo Rural busca un producto alternativo al monocultivo del cereal en las
tierras más altas de la provincia turolense.

Un agricultor en su finca de Sarrión.
Un agricultor en su finca de Sarrión.
Antonio García/Bikofoto

Dos fincas de las localidades turolenses de Cucalón y de Pozuel del Campo se han convertido en banco de pruebas para el cultivo de almendros de floración extratardía.


Forman parte de un ambicioso proyecto de cooperación promovido por las cooperativas Cereales Teruel y Frutos Secos Alcañiz, cuyo objetivo es lograr implantar este tipo de árboles en zonas de más de mil metros de altitud con riesgo de heladas, de manera que puedan servir de alternativa al monocultivo del cereal.


La actuación, financiada con 120.000 euros por el Gobierno de Aragón a través del programa de fondos europeos de desarrollo rural, cuenta con la colaboración del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA), que proporciona el material vegetal y el seguimiento para realizar los ensayos.


En principio, el proyecto tiene una duración de tres años, si bien se parte de la base de que tendrá continuidad por, al menos, otros tantos, dado que los resultados para comprobar el comportamiento de los almendros en diferentes condiciones climáticas no son decisivos en cortos periodos de tiempo. De hecho, los almendros de terrenos de regadío comienzan a producir al cuarto año de su plantación; mientras que en secano, las primeras cosechas se obtienen entre el quinto y sexto año, aproximadamente. Depende de la variedad y de la pluviometría.


El director gerente de Frutos Secos Alcañiz, Santiago Izquierdo, señala que la iniciativa ha surgido con la filosofía de «asesorar e informar al agricultor sobre el cultivo del almendro en zonas de elevadas altitudes». «Queremos –continúa– que sean rentables y con suficientes garantías de pervivencia; sin los errores que se pueden producir por falta de conocimientos».

Para ello, además de aprovechar los avances en el estudio genético de estos leñosos, los promotores han iniciado un trabajo sobre el comportamiento de los almendros ya existentes.


En la tarea de buscar el mejor producto, Santiago Izquierdo explica que también cabe la posibilidad «de  probar injertos y hacer muestreos con diferentes ejemplares». «Todo ello –puntualiza–, con el fin de recopilar información para formar a los agricultores en un producto alternativo que permita romper el monocultivo del cereal».


Los ensayos se desarrollarán tanto en terrenos de secano como de regadío. Se pretende, asimismo, llevar a cabo un estudio comparativo con variedades de referencia. Según manifestó días pasados el consejero de Desarrollo Rural, Joaquín Olona, durante la presentación del proyecto, en ciertas zonas de elevada altitud de la provincia de Teruel que ocupan extensiones dispersas de más de mil hectáreas se cultivan  desde siempre almendros, aunque no han obtenido su máxima rentabilidad.


Ahora se trataría de comprobar la adaptación de variedades más tardías, cuya floración se produce a mitad de marzo o principios de abril, según aclaró Santiago Izquierdo, «con objeto de evitar las heladas en periodos fundamentales para el desarrollo del fruto». Se pretende, en definitiva, una alternativa más, que permita mejorar las rentas de los agricultores de las zonas más frías de la provincia.

Un fruto seco en un mercado al alza
El cultivo del almendro está en uno de sus momentos más prósperos. «Está de moda», afirma Santiago Izquierdo, director gerente de Frutos Secos Alcañiz, una cooperativa que produce, procesa y comercializa este fruto desde hace más de treinta años.


La demanda ha crecido de forma notable en los últimos años, lo que lo convierte en uno de los cultivos más atractivos para el campo aragonés. Izquierdo asegura que los agricultores quieren ahora desarrollar plantaciones porque  «ven que este producto es muy rentable, con un aumento de los precios».


Con objeto de formarles para que sus cultivos salgan adelante sin errores, se ha planteado el proyecto de implantación de los almendros en las zonas altas en cooperación con Cereales Teruel. «Nosotros aportamos la experiencia en gestión y comercialización y ellos, las tierras y los agricultores», explica el director de Frutos Secos Alcañiz.


El mercado de las almendras ha experimentado un salto cuantitativo gracias al cambio de los hábitos de consumo. El campo de la alimentación sigue siendo el principal destinatario, pero este fruto seco también se demanda por sus aplicaciones en la cosmética. «Se ha visto que es un fruto muy saludable para el organismo humano y se conocen numerosas propiedades beneficiosas», destaca el empresario. 


Más información en HERALDO DEL CAMPO

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