Muestra Aragonesa

Chorizo, chuches y gaitas en la ribera del Ebro

La Muestra Aragonesa, en el paseo de Echegaray, atrae a más de 10.000 personas cada día. Hay puestos de comida, talleres y espectáculos, de 11.00 a 2.30.

Carne a la brasa en el paseo de Echegaray
Chorizo, chuches y gaitas en la ribera del Ebro
P.F.

En el paseo de Echegaray huele estos días a carne a la brasa, chocolate, perfumes naturales y fiesta. La Muestra Aragonesa, que por tercer año instala sus puestos en la ribera, entre el Náutico y el puente de Hierro, es un éxito de público.


A las 11.00 de la mañana, comienza la actividad en este mercadillo (que se parece al Mercado Medieval, pues los organizadores son los mismos y muchos de los participantes repiten). Julia y Joaquín, andaluces ataviados con cachirulo, pelan unos cien kilos de patatas al día, que luego se convertirán en raciones de bravas. Dentro de un rato empezarán a asar costillas, chorizo, longaniza.


"Las fiestas están yendo muy bien. Todo el día hay mucho ambiente, sobre todo por la noche", apuntan estos cocineros. El mercado está abierto ininterrumpidamente de 11.00 a 2.30. El buen tiempo de este inicio de fiestas está animando mucho la Muestra.


"Desde el viernes por la tarde hasta el lunes pasaron por aquí más de 45.000 personas. La ubicación es muy buena. La gente viene a dar una vuelta y a tomar algo. Zaragoza es una plaza muy interesante para los feriantes, porque el público sale mucho a la calle", afirma Francisco Muñoz, uno de los organizadores de la Muestra.


Hay 48 puestos aragoneses y de otros puntos de España: de carne a la brasa, quesos, dulces, crepes, mojitos, horchatas,  juguetes de madera, artesanía, cosmética natural, chucherías... "Tenemos gominolas artesanales. El secreto no se dice", sonríe Juan González, de Jaén, en su puesto de chuches gigantes. Hay gominolas de plátano, sandía, arándanos, vainilla, cereza, café, baileys, etc. "Hay mucha gente, pero compran menos", apunta Juan, que también monta su puesto en Navidad y en el Mercado Medieval.


Además, cada día hay talleres (como cestería, bolillos, alfarería), pequeñas exposiciones (de trajes regionales, destilado de aguardientes o útiles de agricultura) y música en directo a lo largo del paseo de  Echegaray.


"Tenemos trajes de distintos puntos de Aragón, de trabajo y de fiesta.. Como uno tradicional de novia, de color negro, del Bajo Aragón. Porque antes nuestras abuelas se casaban de negro", le contaba ayer una voluntaria de Ozanam, Isabel Fernández, a unos visitantes. Y después, se marcharon a comer jamón.