Lugares únicos para descubrir durante las Fiestas del Pilar

Visitar Zaragoza en Pilares no es excusa para perderse alguno de los rincones más bellos de la ciudad.

Quienes visitan la ciudad por primera vez durante las fiestas del Pilar pueden quedar maravillados por la vida, la música y el color que inundan las calles del centro pero lo cierto es que, más allá de los escenarios festivos, la ciudad bien merece una visita un poco más a fondo para descubrir diferentes lugares durante los Pilares. 


Por ejemplo, una visita a la Virgen del Pilar es prácticamente obligatoria si se viene a vivir estas fiestas a Zaragoza. Sobre todo, si ya está vestida con el mando de flores. Sin embargo, ningún turista debería abandonar la plaza del Pilar sin haber visitado la otra catedral de la ciudad, la de San Salvador, más conocida como La Seo. Una pequeña joya cuyas paredes, combinando los diferentes estilos arquitectónicos nos narran la historia de la ciudad, quién vivió aquí y quién construyó la ciudad. 


Además, muy cerca de La Seo se esconde el arco del Deán, un rincón que conserva su encanto medieval y en el que destaca un increíble mirador, con ventanales de tracería gótico-mudéjar, del siglo XIV.


Los turistas interesados en la historia aún pueden viajar más atrás en el tiempo y llegar hasta le época de los rormanos, cuando esta ciudad era conocida como Caesaraugusta. Existen cuatro museos que merece la pena visitar para hacerse  una idea de cómo  fue la ciudad en aquella época: el del Teatro, el del Foro, el del Puerto Fluvial y el de las Termas Públicas. Si una apretada agenda le obligase a elegir, el museo del Foro ocuparía el primer lugar de la lista. 


La Aljafería es una gran desconocida que no defrauda. El palacio es una joya artística de la presencia musulmana en el sur de Europa y uno de los monumentos más representativos del mudéjar aragonés. Tras la conquista cristiana de la ciudad, la Aljafería fue residencia de Pedro IV de Aragón y palacio de los Reyes Católicos. Además, para los más morbosos, cabe destacar también fue sede de la inquisición, cárcel real y cuartel, hasta que, en 1987, las Cortes de Aragón se instalaron en ella.


El legado de la Expo, es un agradable paseo a la orilla del río Ebro. Si el tiempo es favorable, un detalle que en las fiestas del Pilar no siempre se cumple, el visitante de la ciudad agradecerá poder desconectar y relajarse entre los edificios e instalaciones que la Expo de 2008 dejó en la zona de Ranillas. 


Las fiestas del Pilar son un momento único para Zaragoza, una festividad que se vive con gran emoción. Sin embargo, en la ciudad hay rincones llenos de encanto, escenarios que merecen ser visitados sean fiestas o no. 


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