Terretiemblo en el certamen de jota de este año

Casualidad o no, el hecho es que ayer el Certamen Oficial de Jota concedió todos sus premios. Desde 2008, en que los organizadores establecieron pruebas previas para quienes quisieran presentarse al Extraordinario, los desiertos se habían ido sucediendo (canto femenino en 2009, canto masculino en 2010, baile y canto femenino en 2011, canto masculino en 2012, y canto masculino y femenino en 2013). El certamen se había desfargallado, y por eso este año se abrió la mano a ver qué pasaba. Las consecuencias, claras: 21 inscritos para las tres modalidades y un certamen competido, espectacular y, también, cómo no, polémico.

Por haber, hubo de todo. La jovencísima Lorena Larrea tuvo un bajonazo de tensión en pleno canto, fue retirada en volandas y, aunque hubo conmoción y terretiemblo entre el público, la cosa careció de importancia. No acabaron ahí las incidencias: a aspirantes al triunfo como la siempre elegante Elena Alconchel o el potente y divertido Antonio Clos se les fue el oremus en alguna de sus jotas; e incluso hubo quien, presa de los nervios, subió al escenario olvidándose de que llevaba el móvil en la mano. Fue una de las finales más accidentadas de las últimas décadas, pero hubo jota de calidad. Y espectáculo.

En canto masculino ganó el premio todo un veterano, Alfredo Val. El cantador de Santa Cruz de Moncayo obtuvo el Ordinario nada menos que en 1991, y ha desarrollado una intensa actividad docente en su comarca. El jurado lo prefirió a otros cantadores -José Manuel Ibáñez, Javier Badules o José Luis Gimeno- que cuajaron grandes actuaciones. Sergio Sanz Artús, potente y estilista, también destacó.Apoteosis en el baile

En canto femenino, el triunfo fue para Lorena Palacio, repitiendo así la victoria de 2007 y demostrando que, de entonces a hoy, su jota ha ganado poso y sentido sin perder bravura. Ganó Lorena Palacio, pero bien pudo hacerlo también Inés Martínez Fabre, una cantadora excepcional, con una forma de entender la jota muy personal y que llega al corazón. En 2012 ya obtuvo el Extraordinario, pero su actuación de ayer quizá fue incluso superior.

En baile, modalidad en la que concurrían solo dos parejas, no hubo debate. Luis Enrique Langarita participaba este año con Keila Borniquel -que en 2013 ganó el certamen con Nahúm Fernando Montenegro- y dio una lección magistral. En el sorteo les tocó la jota de Andorra y, aunque la bordaron, los certámenes se ganan o se pierden con la exigente jota de Zaragoza. Allí fue donde ambos se vieron tan sobrados de facultades (físicas y artísticas) que toda su actuación fue un mero aplauso. El público batió palmas con fuerza y casi silenció a la rondalla. Justo premio a una pareja -Langarita imparte magisterio en Baluarte- que está en un momento inmejorable.

En el Ordinario ganaron Óscar Badías (¡qué gran voz!), Jessica Redrado y la pareja formada por Víctor Bajo y Ana Domínguez. Estuvieron muy bien, y quizá merecieron más, los hermanos oscenses Pablo y María Pérez Alonso, en baile; Antonio Javier Iserte, en canto masculino; y Ana Iguarbe, en canto femenino.

Hubo mormosteo del público al anunciarse el fallo del jurado y hasta cierto punto está bien: solo hay polémica cuando hay igualdad y competencia entre los candidatos a ganar un premio.

Y poco más de sí dio el certamen, en el que, un año más, hubo novedades importantes, y no solo la de no establecer frenos a la participación en Extraordinario. En general, los cambios funcionaron bien, por más que en el sorteo salió con frecuencia insólita el estilo de ‘La naranja’, muy por encima de ‘Las abarqueras’ y el ‘Utebo’, para los hombres. En mujeres, cada una de ellas elegía a ciegas entre ‘El rosal’, la ‘Fiera del ay’ y ‘Pasa el Ebro’. 

La rondalla estuvo dirigida por Sergio Aso, que presentó sus composiciones de este año ‘A Matías’ y ‘De ida y vuelta’, y acompañaron a los bailadores José Luis Urbén y Begoña García.

Todos los ganadores actuarán en el festival que se celebrará en la plaza del Pilar el próximo domingo 12 de octubre. Será una buena oportunidad para volver a disfrutar de su arte, porque el certamen ofreció ayer síntomas de muy buena salud.