Buen balance final de la feria de festejos taurinos populares de Zaragoza

La Misericordia registró llenos en las mañanas vaquilleras del puente del Pilar y en los concursos de roscaderos, recorte libre y recortadores con toros de fuego.

Exhibición de las Damas del Cesto durante la noche de jóvenes promesas.
Exhibición de las Damas del Cesto durante la noche de jóvenes promesas.
Jorge Vicioso

El domingo terminó la Feria del Pilar de Zaragoza y dentro de ella el ciclo de festejos taurinos populares más importante de España. Otras plazas como Madrid, Valencia o Pamplona lo han intentado, pero ninguna de ellas ha alcanzado el éxito continuado de público que los populares tienen en La Misericordia tiene desde sus mismos inicios en 1981. Los últimos nueve años han sido gestionados por la empresa Toropasión, líder en este segmento de mercado en España. La edición de 2017 ha constado de ocho mañanas vaquilleras y otros ocho concursos y exhibiciones que han llevado a la plaza a alrededor de 100.000 espectadores. Así, terminada la feria, es el momento de hacer balance de ganaderías, formatos y participantes.

Las mañanas de vaquillas son un auténtico fenómeno social, tanto en la plaza (con llenos asegurados en los días no laborables) como en la televisión (con cuotas de pantalla superiores al 30%, el triple de audiencia que la media de Aragón Televisión). Desde 2009 se organizan como concurso de ganaderías, que este año ha ganado por cuarto consecutivo la valenciana de Fernando Machancoses. Sin duda su mañana fue espectacular, como muy buena fue la de los zaragozanos Hermanos Ozcoz. El premio a la mejor vaca ha sido para 'Bala', del navarro Juan José Laparte, en dura competencia con 'Estornina' de Maylín y 'Milanesa' de Zapatería.

Los ganadores de la mañana de la oportunidad fueron los zaragozanos Hermanos Oliva Escudero por segundo año. Bien está que se den oportunidades a los pequeños ganaderos aragoneses. Pero al mismo tiempo se ha echado en falta la presencia de otros con mayor trayectoria, como es el caso de Hermanos Marcén o José Luis Cuartero. Esto es especialmente cierto en el caso de los concursos de anillas y roscaderos. No es lo suyo que Zaragoza haya tenido en 2017 vacas menos fuertes que las de poblaciones como Alagón o Borja. El ganado empleado en otros concursos ha sido desigual, pero generalmente los toros han sido de buen trapío y comportamiento.

Con respecto a los formatos, han funcionado muy bien los tradicionales de recortadores con anillas, recorte libre, roscaderos y recortadores con toros de fuego, con llenos tan contundentes como las mañanas vaquilleras del puente. Hay que aplaudir también otras iniciativas de la empresa como el concurso de jóvenes promesas o el encuentro internacional de tauromaquias, un precioso escaparate de las diversas suertes populares de España, Francia y Portugal. Sólo se echaron en falta las anillas en el concurso juvenil o el forcón portugués (que otros años ha estado) en la exhibición internacional.

Cabe recordar también que los toros embolados y ensogados son tan modalidades de la tauromaquia popular como las demás. Y sus cuadrillas merecen tener más protagonismo en Zaragoza, no ver el concurso de emboladores eliminado, cuando en 2014 ya iba por su XIV edición. Igualmente, que las mañanas sean de competición no es óbice para que la exhibición de Arriazu pueda convertirse en un verdadero concurso de ganaderías con obstáculos en la que esté la brava ganadería navarra, pero también otras que podrían hacer buen papel y un espectáculo más atractivo para el público. Cabe también innovar en los formatos para emboladores y ensogadores, así como en posibles concursos o exhibiciones de veteranos, cintas, con caballos e incluso una becerrada en la que toreen jóvenes novilleros o aficionados prácticos. Los ocho días de Fiestas del Pilar dan para mucho.

Por último, la nómina de participantes en los festejos taurinos populares ha rayado a gran nivel. Sin duda, han acudido a Zaragoza los mejores y entre ellos ha destacado el triunfador de la feria José Manuel González 'Poca', tercero en anillas, segundo en recorte libre y ganador en los toros de fuego. Asimismo la empresa se ha mostrado sensible con los lidiadores aragoneses, mayoritarios en anillas, roscaderos y jóvenes promesas y bien representados en recorte libre y toros embolados. Pero es una pena que de todas las parejas de anillas que hacen el circuito de temporada, sólo nueve puedan llegar a la final de Zaragoza. Sin en recorte libre caben 15 participantes, no pasa nada porque en anillas sean doce. Y en general, la empresa haría bien en ganar en transparencia publicando las bases, premios y tablas de puntuaciones de todos los concursos, lo que evitaría suspicacias.

En resumen, la feria de populares de Zaragoza ha confirmado en 2017 su hegemonía en el panorama nacional con una buena XXXVII edición. Su éxito de público es tal que sin duda ayuda a sostener económicamente la feria de toreo clásico. La llegada de Toropasión hace nueve años ha supuesto un plus de seriedad y solvencia. Pero como plaza de referencia en España, La Misericordia es y debe ser exigente con los gestores, que deben aspirar a la excelencia. El público es soberano, paga su entrada y aplaude o reprocha según su criterio. Sólo cabe pedirle que reserve las posibles pitadas para los profesionales, no para los chavales participantes en estos festejos. Se juegan el tipo, ninguno de ellos se gana la vida con esto y salen sobre todo por simple afición a la tauromaquia popular.

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