ENCUESTAS

Los indecisos, el voto infiel del 20-N

Un 31,5% de los electores aún no ha decidido su voto según la última encuesta publicada por el CIS. Estos electores deciden tras valorar la gestión y el trabajo de los partidos.

Miembros de una mesa electoral durante la jornada
Los indecisos, el voto infiel
JOSE SIMAL

Las encuestas publicadas durante estos días de campaña vaticinan una clara mayoría absoluta para el Partido Popular, que podría alcanzar entre 184 y 198 escaños, y una debacle socialista, que podría llegar a mínimos históricos. Sin embargo, hay otro dato que llama la atención en estos sondeos: el alto porcentaje de indecisos.


Según refleja el último estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), un 31,5% de los electores aún no tendría decidido su voto para el próximo 20-N, aunque más del 70% afirma "con toda seguridad" que acudirá a la cita con las urnas.


La profesora de la Universidad San Jorge y perteneciente al grupo de investigación 'Medios de comunicación y campañas electorales en Aragón', Cristina Zurutuza, perfila a los indecisos como "un votante de corte pragmático, sin motivos para votar siempre al mismo partido". Optará finalmente por unas siglas tras una valoración de la gestión del Gobierno o del trabajo de la oposición.


Zurutuza señala que "no hay un patrón fijo de voto" y que "son votantes sin preferencia ideológica", que varía según el contexto y los actores. "Su voto no es fiel a ninguna opción".


La influencia de la campaña electoral

Según comenta Cristina Zurutuza, el porcentaje de indecisos suelo rondar entorno al 30% y la influencia de la campaña depende del contexto y del partido político. La profesora señala que, en esta ocasión, Partido Popular y Partido Socialista han planteado una campaña diferente.


El PSOE busca que sus fieles no se vayan por el "voto de castigo", por lo que no puede ir a por los indecisos, mientras que el PP sí se dirige al bloque de indecisos, dice Zurutuza.


Menos efecto tienen los debates sobre quienes no tienen decidido su voto, según los estudios reflejan que la influencia de estos no alcanza el 1%. "Refuerzan a quienes tienen decidido su voto, cada uno lo ve desde su prisma" -indica la profesora- "si vota a Rubalcaba dirá que ha ganado y si vota a Rajoy dirá que ha ganado este".


Más voto en blanco que abstención

"La gente está preocupada por cambiar las cosas, no pasa de las elecciones", por lo que Cristina Zurutuza cree que en estas próximas elecciones habrá más voto en blanco que abstención. La población está concienciada de que es importante votar, quiere participar, pero no le gusta ninguna formación o ninguna de las soluciones.


Un aspecto importante que señala Zurutuza es el posible aumento de participación, ya que "cuando hay perspectivas de cambio aumenta la participación". Ya ocurrió en los procesos electorales de 1977, las primeras tras la dictadura franquista con un 78,83% de participación; en 1982 cuando el PSOE llegó al poder con un 79,97%; o en las primeras elecciones que ganó José Luis Rodríguez Zapatero, tras los atentados de Madrid, con un 75,66%.


Un Congreso multicolor

La cámara baja española podría acoger tras las elecciones del próximo domingo un mayor número de grupos, según el pronóstico del profesor de Ciencia Constitucional de la Universidad de Valencia Juan Rodríguez Teruel.


La crisis y las políticas sociales están marcando la campaña y, según Rodríguez Teruel, también "van a influir mucho en el voto, hasta el punto de que puede significar un debilitamiento del bipartidismo".


Esta situación podría afectar, sobre todo, en las regiones donde tradicionalmente el voto se ha concentrado en los 2 grandes partidos, que llegaron a sumar en el año 2008 el 83,8% de los votos emitidos.


El politólogo ve "claro" que el 20-N el PSOE "va a experimentar un descenso muy importante, quizá histórico", sobre todo en las grandes circunscripciones como Madrid, Barcelona, Valencia o Sevilla. Algo de lo que podrían beneficiarse los partidos minoritarios, aunque advierte que no marcará el inicio de un cambio de ciclo "estructural".


Por contra, la representación de las formaciones nacionalistas en autonomías como el País Vasco o Cataluña podría verse debilitada como consecuencia del "reforzamiento del PP", augura.


Esto podría llevar a una situación "paradójica" en la que, pese a que "va a haber muchos partidos pequeños en el Congreso, su fuerza va a ser muy poco efectiva" ante la perspectiva de una mayoría absoluta del PP.