Demian Bichir

El actor mexicano convence a la Academia con su papel de jardinero sin papeles regando su parcelita de sueño americano en Los Ángeles en 'A better life'

Demian Bichir, nominado a mejor actos en los Oscar
Demian Bichir, nominado a mejor actos en los Oscar

Uno se imagina a Demián Bichir el próximo domingo 26, cómodamente depositado en su butaca del Kodak (o como quieran llamarlo ahora) Theatre con el fajín del esmoquin desabrochado y una beatífica sonrisa de tritón amable, contemplando los tatuajes en los pellejos de la Jolie o los esquejes capilares de este u otro astro cincuentón venido a menos, únicamente siendo objeto de la atención de algún ilustre colega de profesión al que su cara le suena de algo, posiblemente de verlo en la tele interpretando al 'narcoalcalde' que le hace un bombo a Mary-Louise Parker en 'Weeds' para luego salir con el cazamariposas a echarle el guante a madre y criatura.


Seguramente, esa noche de cuchillos y egos larguísimos, y de sapos y culebras ronroneando en la nuez, él sea el tipo más confiado y tranquilo de todos los que habiten en tal corte de los milagros cinéfila. Como mucho, igual le accede alguna punzada de absurdo remordimiento al caer en la cuenta de que, tal vez, su quinto puesto de nominado al Oscar al mejor actor podía haberlo ocupado el poliédrico Ryan Gosling, el 'Jeremy Lin' de la temporada, Michael Fassbender, o, por qué no, Peyman Moadi, insuperable en la brutal 'Nader y Simin. Una separación'. Pero qué demonios, ¿para qué amargarse el caramelo de los quince segundos de gloria, desde que Natalie Portman pronuncie su nombre de carrerilla hasta que dé el nombre del ganador, Dujardin, Pitt o Clooney, y él tenga que virar su sonrisa hacia el 'modo diplomático' de rigor?

Porque, ¿quién le iba a decir a un tipo que empezó en tremendas telenovelas como 'Rojo amanecer' o 'Demasiado corazón', y que llegó a interpretar al 'luciferino' Fidel Castro en el díptico de Steven Soderbergh sobre Che Guevara, que se codearía entre la flor y nata de la quintaesencia del glamour yanqui? Todo un logro por sí mismo, ya que pensar en algo más (por ejemplo, suceder al gran Anthony Quinn, doblemente oscarizado y doblemente nominado, en el panteón de los dioses del celuloide aztecas) sería una quimera. Por eso, como en otros casos, lo mejor es relajarse y disfrutar.


En cuanto al resto de los mortales, nos queda cruzar los dedos para que 'A better life', la película de Chris Weitz ('Un niño grande') que le ha servido en bandeja la nominación al Oscar (y a los premios Independent Spirit y Screen Actors Guild) encuentre pronto acomodo en nuestra cartelera, y así comprobar si su papel de jardinero sin papeles regando su parcelita de sueño americano en Los Ángeles es merecedor de tal laurel (que seguro que sí). Hasta entonces, podemos hacer tiempo recordando sus variadas intervenciones en el cine español, desde el magullado boxeador de 'Sin noticias de Dios' al 'mourinho' versión alevín de 'El sueño de Iván', pasando por 'Perdita Durango' o 'Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto'. Algo es algo. Mucho, en el caso de este jornalero del séptimo arte al que algún 'santito' le ha guiñado un ojo lleno de pestañas de pluma fina.