La magia y la ilusión por ver a los Reyes Magos pueden con el frío y la niebla

Más de 500 participantes dieron forma a una cabalgata espectacular. Los niños no perdieron detalle del desfile.

La magia y la ilusión por ver a los Reyes pudieron con el frío y la niebla
La magia y la ilusión por ver a los Reyes Magos pueden con el frío y la niebla
Laura Uranga

La ilusión de los niños pudo con el intenso frío. Sus Majestades de Oriente, como marca la tradición y el calendario, aterrizaron en la media tarde de este lunes 5 de enero en la capital aragonesa, donde fueron recibidos por miles de chavales a los que las gélidas temperaturas no dejaron en casa. Las ganas de mandar un saludo fugaz a Melchor, Gaspar, Baltasar y toda su comitiva fueron, sin lugar a dudas, más fuertes que un termómetro cercano al cero.


La cabalgata de este año tuvo un poco de todo: pinceladas de cuentos dickensianos, escenas importadas del país de Nunca Jamás, un toque del lejano Oriente y hasta un tranvía de época. Todo ello envuelto en una espesa niebla que aportó al desfile una atmósfera de fábula, casi irreal.


El paso de la marcha lo marcaba una enorme estrella, la que guía a los reyes a Belén y que este lunes los trajo hasta los hogares aragoneses. "¿¡Algún niño aún no ha enviado su carta!?", preguntaban a voz en grito un puñado de pajes reales en la cabeza de la cabalgata. Más de un rezagado entregó sus deseos en mano, para su propia tranquidad.


En el desfile hubo también tiempo para las tradiciones locales, con una rondalla amenizando los primeros compases de la procesión. Tras ellos, un enorme buzón emergía abarrotado con las misivas de los pequeños de todo el mundo.


El cortejo atravesó, desde el colegio Joaquín Costa hasta el Ayuntamiento, un impresionante pasillo nutrido de zaragozanos de todas las edades -algunos hasta se llevaron sus propias escaleras de mano para tener una mejor visión-. Entretanto, los benjamines alucinaban con cada detalle: el elefante que precedía a Sus Majestades, el confeti que de vez en cuando salpicaba el aire, la caracterización de los más de 500 participantes...


Tampoco dejó indiferente el pequeño zoo que formó parte del paseo. Hasta 150 ocas, tres burros, dos caballos percherones, dos mulos y tres caballos se exhibieron para deleite de niños y niñas.


No se perdió el desfile el emperador Cesaraugusto, fundador de la ciudad, quien acompañó a los Reyes desde una biga romana tirada por dos caballos, precedido de los tres estandartes de las legiones que habitaron la ciudad hace 2.000 años y un séquito de cuarenta bailarinas romanas.


También participaron personajes vestidos de época y algunos protagonistas de conocidos cuentos, como el detective Sherlock Holmes, quien se desplazaba sobre una pila de libros, o Mary Poppins con su inseparable paraguas, y, para recordar que los más pequeños se tenían que acostar pronto, unos cuantos niños desfilaron sobre una cama gigante con sus pijamas ya puestos.


Y al final... los protagonistas


Hubo que esperar, pero el plato fuerte de la velada acabó llegando y los mismísimos Reyes de Oriente se dejaron ver. Melchor, acompañado por una pareja de pajes, fue el primero en asomar. "¡Melchor, mi patinete!", le reclamaba una pequeña, que aún tendría que esperar unas horas para poder arrancar el papel de sus regalos.


Gaspar y Baltasar le siguieron el paso, repartiendo saludos a diestro y siniestro, casi sin dar abasto ante tanto reclamo. Tras ellos, tres remolques repletos de juguetes... y una locomotora de época trasportando varios kilos de carbón para los más revoltosos. "¿Queréis carbón?", preguntaban los maquinistas... que recibieron una clamorosa negativa.


Éxito también en Huesca y Teruel


En Teruel, el público desbordó las expectativas, quizás porque las temperaturas no fueron especialmente frías, y ha sido extraño no ver ni gorros ni guantes para abrigarse. Este año han participado en este desfile más de medio millar de personas y se han sumado nuevos colectivos como la Casa de Andalucía o el club deportivo Teruel de fútbol.


Entre los aspectos que más llamaron la atención fueron el barco del barrio de San Blas y las dos torres mudéjares de la carroza de la AECC.


Al igual que en Zaragoza, en la capital oscense también se modificó el recorrido del séquito real debido a las obras de reurbanización de los cosos, y como es tradicional desembocó en la plaza de Navarra, como cada año a rebosar de familias, que no quisieron perderse el mensaje de los Reyes antes de disfrutar de un espectáculo de luz y sonido.


Desde hace dos años es el belén y el arte belenista el motivo al que se dedica la cabalgata de Huesca, que este año ha incluido como novedad un establo y una fuente.


Desde ahí, los Reyes se dirigieron, escoltados por una patrulla de tráfico, en tres vehículos de la Guardia Civil con luces y sirenas, hasta el Acuartelamiento Alcoraz, donde tras ser recibidos por el teniente coronel jefe de la Comandancia participaron en un brindis y realizaron el reparto de los primeros regalos.


Los Magos de Oriente también viajaron hasta las estaciones invernales de esquí y en Formigal entregaron a uno de los fundadores, Federico Laguna, una tarta gigante para felicitarle por el 50 aniversario de la instalación.