Los bombos de la Lotería llegan al Teatro Real

Seis días constituyen el sprint final de la carrera de millones que se avecina.

Llegada de los bombos al Teatro Real de Madrid.
Los bombos de la Lotería llegan al Teatro Real

Con la llegada de los bombos de la Lotería de Navidad al Teatro Real empieza una cuenta atrás que culminará el próximo día 22 con la celebración de este tradicional sorteo, que da el pistoletazo de salida a las fiestas navideñas.


Seis días, desde este martes, que constituyen el sprint de esta carrera de millones en los que la adquisición de décimos se dispara.


Aunque aun no se disponen de datos concluyentes, la "sensación" que se tiene es que este año las ventas han aumentado respecto al sorteo anterior, ha señalado Eduardo Ovies, subdirector de recursos materiales de Loterías y Apuestas del Estado.


Pasadas las 9.00, los dos bombos (el de premios y el de números), las bolas, las torvas y las liras han llegado a la Plaza de Isabel II en tres camiones.


Un montacargas ha elevado el primer vehículo hasta una zona ubicada junto al escenario, en la que varios operarios han descargado el bombo de menor tamaño, que contendrá las 1.807 bolas de premios, y seguidamente el más grande, en el que se depositarán los 100.000 números.


Los bombos de latón rojo (hechos de una aleación de cobre, estaño y plomo) permanecerán custodiados 16 metros por debajo del escenario hasta el día del sorteo por dos vigilantes armados, además de por el sistema de seguridad propio del Teatro Real.


Antes, durante cuatro meses, dos personas han estado clasificando las bolas, depositadas en unos arcones desde diciembre del año pasado, primero por millares y luego por centenas, ha explicado Ovies.


Pero hoy no solo ha llegado al Teatro Real el equipo "titular" de bombos y bolas, sino también "un reserva" por si fallara el primero. Todas las medidas de seguridad son pocas cuando están en juego 2.240 millones de euros que se reparten este año, el 70 por ciento de lo recaudado, 3.200 millones.


El bombo de números pesa en torno a 800 kilos cuando está cargado, en tanto el de premios pesa unos 250; ambos disponen de dos motores, uno de los cuales arranca automáticamente en el caso de que falle el primero.


Los dos cuentan con un convertidor de frecuencia que garantiza que cuando deja de girar, la válvula de salida de las bolas queda siempre situada en la parte inferior.


Las bolas, hechas de madera de boj, pesan tres gramos cada una y miden 18 milímetros. Y siempre son las mismas, aunque cada años es necesario cambiar alguna que se ha estropeado debido al rozamiento. En concreto, para este sorteo ha habido que repetir 57.


Una vez los bombos en el Teatro Real, el personal de auditoría desprecinta las bolas y, después de comprobar que durante el traslado no ha habido ningún incidente, las vuelve a precintar hasta el día del sorteo.


Mañana, los técnicos empezarán a engrasar los mecanismos y el jueves comenzarán los ensayos "con bolas de mentira", aunque son exactamente iguales que las originales, ha explicado Román Rodríguez, jefe de sección de coordinación de sorteos.


El día 21 se hará un ensayo general, en el que participarán los niños de San Ildefonso, con el objetivo de que pierdan el miedo escénico.

Media hora antes de que comience el sorteo, cualquier persona puede comprobar que la bola con el número de su décimo se introduce en el bombo.


Y si usted es agraciado, sepa que este año, como novedad, puede cobrar el premio (siempre que sea menor de 2.500 euros) el mismo día 22 en cualquiera de los 10.400 puntos de venta que Loterías tiene repartidos por todo el país.