Una radiografía del capital humano que comparten Asia y Aragón

Desde los gestos corporales –‘perdón’ y ‘gracias’ suelen acompañarse con una reverencia–, hasta su curiosa gastronomía –en muchos países los insectos tienen bastante tirón–, la percepción que tenemos de los asiáticos agranda la distancia entre Aragón y Asia, separados por más de 8.000 kilómetros de distancia.

Poner en una misma balanza a ambas regiones puede parecer complicado o casi imposible, pues son muchas las diferencias que existen entre estos dos lugares. El desarrollo cultural, la forma de vida y las costumbres distan mucho la una de la otra, tanto si se compara con la Comunidad aragonesa como con los propios países que integran el continente asiático.

Más allá de tópicos, otra de las grandes diferencias es la población: según el Instituto Nacional de Estadística, Aragón es la quinta comunidad española con mayor población, superando el millón de habitantes. Una cifra considerable dentro del país, pero muy pequeña si se compara con el gran continente asiático, donde residen más de 4.000 millones de habitantes, siendo el lugar más poblado del mundo.

Cada año, se producen cambios de población entre ambas regiones, bien sea por proyectos personales, laborales o empresariales. Según los datos que manejan en el Instituto Aragonés de Estadística, 759 aragoneses residen en Asia, concentrados principalmente en China, Emiratos Árabes Unidos y Japón, principales potencias de esta región. En el otro lado de la balanza se sitúan los 15.000 ciudadanos de Asia que viven en Aragón, siendo China y Pakistán los principales países de procedencia.

Por regiones

Para clasificar al gran continente, que abarca más de 44 millones de km², la ONU estableció una división en cinco regiones –Central, Occidental, Meridional, Oriental y Sudeste Asiático–, atendiendo no solo a la geografía sino a la ejecución de actividades de la organización.

Aunque pequeña, la representación de Aragón se extiende por todas ellas: por ejemplo, cuatro aragoneses viven en Kazajistán, país perteneciente a Asia Central; 65 zaragozanos viven en Jordania (perteneciente a la zona occidental); 34 aragoneses –de los cuales 27 son turolenses– viven en Pakistán, de la región meridional; 8 viven en la República de Corea del Sur, de la zona oriental; y 14 viven en Malasia, del Sudeste Asiático.

Lo mismo ocurre a la inversa: 17 ciudadanos procedentes de Uzbekistán (zona central) viven en Aragón; 113 sirios, pertenecientes a la zona oriental, 1.877 pakistaníes –de Asia Meridional–; 7 mongoles de Asia Oriental; y 15 tailandeses, pertenecientes al Sudeste Asiático.

En detalle

Del total de extranjeros residentes en la Comunidad no solo llama la atención la población china, que supera los 5.000, sino otros casos más singulares por su reducida representación. En la provincia de Huesca viven dos personas procedentes de Laos, un pequeño país de la subregión del Sudeste Asiático en el que, casualmente, también habita un ciudadano oscense.

Llamativo es también el caso de Filipinas, territorio de ultramar que formó parte del imperio español en Asia durante más de tres siglos, entre los años 1565 y 1898. Las relaciones institucionales han evolucionado mucho desde entonces y, hoy en día, la de los filipinos es una de las comunidades asiáticas más grandes residente en España. En el caso de Aragón, son 71 los ciudadanos que viven aquí que proceden de este país, mientras que hay un total de 66 aragoneses residiendo en esta isla del Pacífico.

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