Novela

Rosa Montero: replicantes muertos

La escritora madrileña publica en Seix Barral una novela de ciencia ficción.

Aunque transcurra en el futuro, 'Lágrimas en la lluvia' es una novela policiaca
Rosa Montero: replicantes muertos
H.A.

Es evidente, las ‘lágrimas en la lluvia’ del título de la nueva novela de Rosa Montero (Madrid, 1951) hacen referencia a la película ‘Blade Runner’, basada en una novela de Philip K. Dick, ‘¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?’. Y, de hecho, más que meramente referencial, el vínculo que existe entre la obra de Rosa Montero y la novela y la película precedentes es muy estrecho: por momentos, parece una secuela. Hay replicantes y hay humanos. Los replicantes apenas se distinguen físicamente de los humanos, pero viven muchos menos años que los humanos. A los replicantes se les insertan tarjetas de falsos recuerdos que introducen en ellos cargas de empatía. Los replicantes y los humanos tienen relaciones sentimentales entre ellos.


Los animales prácticamente han desaparecido de la faz de la tierra. Ha habido una guerra planetaria devastadora. La tecnología domina casi todos los aspectos de la vida. La atmósfera está muy dañada. Se cuestionan las diferencias entre lo natural y lo artificial (con derivaciones intelectuales hacia «lo falso» y «lo verdadero»)... E incluso uno de los personajes más importantes de ‘Lágrimas en la lluvia’, RoyRoy, evoca en su nombre al líder androide rebelde de las obras precedentes.


Philip K. Dick publicó ‘¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?’ en 1968. Ridley Scott estrenó ‘Blade Runner’ en 1982. Y aunque ambas obras tuvieron por su carácter novedoso una impronta muy fuerte en el imaginario del futuro, que lograron transformar, muchas cosas han pasado desde 1968 y más desde 1982: entre otras, que la tecnología ha pasado de ser algo esotérico a ser algo cotidiano, y no sólo la informática, también la genética. El carácter casi de secuela de ‘Lágrimas en la lluvia’ y un imaginario bastante fatigado hacen que la novela parezca ya leída.Bruna, la detective protagonista de ‘Lágrimas en la lluvia’, se parece a otras heroínas de Rosa Montero.


Se parece a Leola, la protagonista de ‘Historia del rey Transparente’ (Alfaguara), y se parece a Lucía, la protagonista de ‘La hija del caníbal’ (Espasa Calpe): las tres se encuentran solas, por diversas circunstancias, las tres tienen una gran sensación de pérdida afectiva y las tres tienen que salir de casa para solucionar sus problemas, que nunca acaban de ser suyos del todo, porque están relacionados con otros, pero que les enfrentan a sus propios conflictos como si lo fueran.

Aunque cronológicamente Leola está más lejos de Bruna que Lucía, ambas están, por las circunstancias ambientales, más próximas: en la Edad Media de Leola las mujeres son poco más que cosas y en el futuro del siglo XXII los replicantes, a los que Bruna pertenece, son también poco más que cosas, hostigadas por humanos (y extraterrestres) brutales.

Pero si entre las protagonistas de las novelas de Rosa Montero hay estrechos vínculos, en la base política de ‘Lágrimas en la lluvia’ hay diferencias respecto de otras de sus ficciones.


Si en ‘Historia del rey Transparente’ se defendía un «programa general» basado en la tolerancia, la igualdad, la belleza, la ley, y la compasión («que es la capacidad de meterse en el pellejo del prójimo y sentir con el otro lo que él siente») y si en ‘Instrucciones para salvar el mundo’ (Alfaguara) se loaba a Paul Kammerer (1880, Viena-1926) y su ‘Ley de la serialidad’, en la que el científico austriaco aseguraba que «el universo también tiende hacia el orden y la armonía, hacia esa elegante simetría que se percibe en un cristal de sal o en la estructura de un copo de nieve. Y las coincidencias serían una consecuencia de esa ley, de esa fuerza que iría agrupando en el tiempo y en el espacio hechos u objetos parecidos», en ‘Lágrimas en la lluvia’ todo es más oscuro, como si la crisis y el pesimismo de estos años hubiera calado en Rosa Montero.


La novela transcurre en una época gris a la que se ha llegado tras unos años negrísimos, que no son otros que los que estamos a punto de empezar a vivir: guerras y más guerras y caos ecológico y aniquilación y destrucción.

Aunque la novela transcurra en el futuro, ‘Lágrimas en la lluvia’ es una novela policiaca y a sus reglas se atiene: Bruna tiene que investigar el incomprensible suicidio de los replicantes, contratada por la asociación que propone la igualdad total de derechos con los humanos.


Como Lucía en ‘La hija del caníbal’, que se propone encontrar a su marido desaparecido, como Matías, protagonista de ‘Instrucciones para salvar al mundo’, que desea capturar al «asesino de la felicidad», Bruna se propone descubrir quién ha alterado la memoria de los replicantes para conducirles a un suicidio que no desean.


Como novela policiaca, ‘Lágrimas en la lluvia’ tampoco es mejor que como novela futurista. Bruna no consigue emocionarnos, ni siquiera ante la evidencia continua de su muerte, que tiene un fin preciso... aunque me parece que esta no va a ser la última novela de la detective replicante.