Alexander Payne

El cineasta, miembro destacado del emergente universo independiente, opta a cinco Oscar en la 84 ceremonia de la academia por ?Los descendientes?.

Alexander Payne en la gala de los Globos de Oro
Alexander Payne en la gala de los Globos de Oro

Constantinos Alexandros Papadopoulos, más conocido como Alexander Payne (Nebraska, 1961), es uno de los directores que conforman el emergente universo norteamericano de cine independiente. Su llegada al mundo del cine tuvo lugar tras pasar por la universidad de Stanford, donde cursó Historia y Filología Española y la Universidad de Salamanca, hasta llegar al máster en cine que llevó a cabo en la Universidad de California (UCLA). Ya desde sus inicios, Payne dejó traslucir un talento prometedor que le proporcionó numerosos encargos de todo típo, incluida una breve incursión en la erótica, hasta sacar adelante su primer largometraje 'Citizen Ruth' (1996). Desde esa primera cinta, Payne fue perfilando varias características que irían marcando su producción cinematográfica; guiones perfectamente estructurados y personajes bien desarrollados, cargados de sorprendentes cotas de humanidad y envueltos en un momento de crisis existencial, amén del tinte satírico y mordaz con el que envuelve la mayor parte de sus trabajos.


La mayoría de edad como cineasta le llegó en 1999 con la cinta 'Election', basada en una novela de Tom Perrotta. La película, una crítica al sistema educativo enfocado al triunfo a cualquier precio, contó con los actores Matthew Broderick y Reese Witherspoon y obtuvo una candidatura al Oscar al guion adaptado. No sería la primera vez que optaría a la preciada estatuílla. 'A propósito de Schmidt' (2002), la historia de un ejecutivo recién jubilado que trata de buscar un asidero con el que dar sentido a su existencia protagonizada por Jack Nicholson y Hope Davis, se llevó el Globo de Oro al guion adaptado, aunque se le escaparon los Oscar al mejor actor y a la mejor actriz de reparto (Kathy Bates) a los que optaba.


Dos años después, en 2004, estrenó 'Entre copas', su película más conocida y con la que logró conquistar finalmente a la Academia de Hollywood. La cinta de Payne consiguió cinco nominaciones a los premios Oscar, de los que se llevó a casa el de mejor guion. El premio fue, sin embargo, un punto de inflexión en su carrera y pasarían siete años hasta que el cineasta se decidiera a acometer un nuevo largometraje. En ese tiempo, el talento del director se desperdigó entre pequeñas producciones, algún guion poco afortunado, un ambicioso proyecto para el que no logró financiación y otro que decidió rechazar. Para justificar el parón, Payne declaró que consideraba que el público era "más intelegente" que él mismo: "Es más, siempre me corroe la inseguridad de parecer tonto. Hago las películas que me gustaría ver con los amigos. Un cine inteligente en el sentido de que presento unos efectos cinematográficos que invitan al público a participar de lleno. Billy Wilder solía explicar que hay que contarle a la audiencia cuánto es dos más dos. El problema es que muchos filmes estadounidenses se limitan a decir cuatro. Eso no es cine", razona el director.


Hasta que le llegó la oferta de versionar la obra 'Los descendientes', del escritor Kaui Kart Hemmings, tras la deserción del director Stephen Frears. La película, interpretada por un impecable George Clooney, ha obtenido dos Globos de Oro: mejor drama y actor dramático y cinco nominaciones a los premios Oscar, de los que Clooney tiene todas las papeletas para sumar una nueva estatuilla tras la conseguida como actor de reparto en 2005 por 'Syriana'. Alexander Payne sonríe al recordar el rodaje de 'Los descendientes' y la conmovedora interpretación de Clooney, que destapa su lado más sensible en una de las películas del año. El actor encarna al descendiente de un linaje de terratenientes que queda al cargo de sus dos hijas al sufrir la madre un accidente acuático y quedar en coma. Entre visitas al hospital, descubre lagunas en un matrimonio que creía perfecto y una enorme incomprensión de los afectos y conflictos de ambas adolescentes.

Una película con la que el autor vuelve a firmar un cine adulto que escapa al corsé elemental de Hollywood, a pesar de unirse al clásico reclutamiento de 'starsystem' que caracteriza a Hollywood: "Nunca creo que necesito una estrella con el nivel de presupuesto, relativamente bajo, que funciono. En esta ocasión, era perfecto", confiesa Payne. De la experiencia en el rodaje, el realizador destaca la habilidad de Clooney para contar chistes y hacer reír al personal: "George es realmente un humorista atrapado en el cuerpo de un supergalán de cine".