La catedral de Albarracín recobra su luminosidad tras cinco años de obras

Los muros y bóvedas de la catedral de Albarracín lucen desde hace unas semanas con una luminosidad especial, nada que ver con la penumbra que dominaba el templo en los dos últimos siglos. La luz ha vuelto al edificio religioso después de cinco años de trabajos de restauración llevados a cabo por la Fundación Santa María. Ha sido una intervención integral que ha permitido rescatar la decoración que presentaba en el siglo XVIII, con pinturas coloristas y óculos cubiertos de alabastro que permitían filtrar la luz del sol y crear una atmósfera llena de claridad opalina.

El proceso de restauración se ha ido desarrollando por fases desde 2010, conforme se iba contando con financiación suficiente procedente en su mayoría del Fondo de Inversiones de Teruel, FITE. Se ha acometido una intervención en la nave central y en las ocho capillas laterales, además de rescatar una capilla descubierta en la sacristía. Asimismo, se ha instalado un nuevo sistema de calefacción y un pavimento de barro y decoración geométrica similar al del presbiterio.

Con una inversión de 750.000 euros se ha logrado cambiar por completo el aspecto de la catedral, pero la partida sobrepasará el millón de euros con los proyectos de reforma del claustro y la restauración del retablo mayor, dos intervenciones que la Fundación Santa María llevará a cabo el próximo año.

Quedarán pendientes, asimismo, las instalaciones de sonido y luz interior, un aspecto este último que se cuidará al máximo para destacar los elementos más sobresalientes del templo. El gerente de la Fundación, Antonio Jiménez, señaló que el sistema de iluminación deberá resaltar, sobre todo, la decoración "de las molduras barrocas que rodean toda la nave y las nervaduras de las bóvedas, así como el retablo mayor y los bienes muebles".

La restauración se presentará al público el 8 de septiembre, coincidiendo con el día grande de las fiestas de Albarracín, tras la procesión dedicada a la patrona de la localidad.