Cómo comunicarse en clave de música

Con los ritmos y melodías es posible mejorar los conocimientos de los bebés, pero también la calidad de vida. Un curso de la Universidad de Verano enseña a hacerlo.

Un grupo de alumnos durante el curso de musicoterapia de la Universidad de Verano.
Un grupo de alumnos durante el curso de musicoterapia de la Universidad de Verano.
antonio garcía/bykofoto

El ritmo, la melodía y la armonía componen la música. Es un lenguaje universal que se puede empezar a aprender desde la semana 33 de gestación. En la Universidad de Verano de Teruel (UVT) se ha desarrollado durante esta semana un curso sobre música y musicoterapia durante la primera infancia. Un total de 25 alumnos han aprendido a utilizar las melodías como estímulo para niños de 0 a 3 años. "No se valora suficientemente esta posibilidad, pero es una etapa muy importante porque en ese momento los niños son como esponjas", aseguró Ana Isabel Ripa, directora del curso.


Durante esta etapa los pequeños empiezan a conocer las emociones, las relaciones sociales y cognitivas o el contexto cultural. Como explican los expertos, los primeros años de vida son los más importantes para el aprendizaje de todas las competencias y de ellas no es ajena la música. "Las melodías, los ritmos, permiten llegar a todas las partes de la persona de forma holística (natural), que puede provocar cambios fisiológicos", explicó la directora del curso.


Durante tres días, los alumnos, llegados de varias provincias españolas han estudiado de forma teórica cómo se trabaja con la musicoterapia. Además, ampliaron conocimientos sobre este aspecto a través de vídeos donde conocieron cómo es la evolución emocional de pacientes que se tratan con música. "No es una técnica que sirva para curar, sirve para mejorar la calidad de vida", aclaró Ripa.


La segunda parte del curso fue la más práctica. Un grupo de madres con sus hijos realizaron delante de los alumnos ejercicios musicales para que pudiesen observar las reacciones de los niños ante el lenguaje musical. En la sala de psicomotricidad del campus turolense, los estudiantes tuvieron que ponerse a cantar para observar los comportamientos que tenían los pequeños frente a la música.


"Decidí apuntarme con el objetivo de tener más herramientas diferentes para poder trabajar en el aula", explicó Alicia Pablo, una de las asistentes al curso, maestra de profesión. Por la misma razón decidió ir desde Barcelona hasta Teruel Natalia Ordóñez: "Quería formarme más y así tener más recursos como profesora".


No obstante, a esta disciplina, que cada vez cobra un mayor auge en el sector de la enseñanza, se ha apuntado "todo tipo de personas", indicaba la directora. "Hemos contado con la presencia de médicos, enfermeras, fisioterapeutas...", agregó.


Entre otras cuestiones, se abordó la diferencia entre la enseñanza musical, los propios conocimientos, y la musicoterapia; exactamente, cómo afecta la música a los individuos.


El curso concluyó en que para aprender y para comunicarse es posible hacerlo en clave de música.

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