Diez días de polémica con el nombre del pabellón

El gobierno de Zaragoza en Común sigue adelante con su imposición de modificar el nombre del pabellón Príncipe Felipe a pesar del rechazo del pleno municipal y del CAI.

Vista del pabellón, en la prolongación de Cesáreo Alierta.
Vista del pabellón, en la prolongación de Cesáreo Alierta.
f. jiménez

El expediente sobre el cambio de nombre del pabellón Príncipe Felipe por el de José Luis Abós se encuentra en estos momentos en periodo de alegaciones. Este trámite de exposición pública se prolongará veinte días más, pero otro tipo de exposición (la mediática, la social y la enorme repercusión de la polémica en las redes sociales) se antoja que será más duradera.


La decisión unilateral en forma de tiro (por) libre del alcalde Santisteve ya se ha topado con un recurso del PP, que confía en que el gobierno de Zaragoza en Común dé marcha atrás y la medida sea reversible. La controversia suscitada –tanto por el fondo como por las formas– ha acaparado la atención de los medios nacionales e, incluso, extranjeros, en donde Zaragoza y su pabellón se incluyen en "la estrategia coordinada de ataques a los símbolos de la monarquía" promovidos por las plataformas de izquierdas que consiguieron varios ayuntamientos el 24 de mayo: "Spanish councils rebel against royal symbols", escriben los diarios británicos, antes de ahondar en la retirada del nombre del "sports hall in the northeastern city of Zaragoza".


Si en política existen o no las casualidades es un debate que volvió a abrirse el pasado 24 de julio. Ese día, de forma casi simultánea, Ada Colau retiró el busto de Juan Carlos I en Barcelona y Santisteve impuso el cambio de nombre del pabellón. Aunque desde ZEC insisten en desvincular ambas decisiones, la polémica no ha dejado de ir adquiriendo cada vez nuevas y más afiladas aristas.


Al amplio rechazo del pleno municipal (20 de 31 ediles a los que el alcalde prefirió desoír) siguieron las críticas del presidente de Aragón, Javier Lambán, que aún confesándose "ferviente republicano" dijo que él nunca hubiera tomado una decisión semejante sin consenso. Además, el propio CAIZaragoza hizo público un oportuno comunicado que aboca a Santisteve –cuanto menos– a reflexionar sobre el nombre que lucirá la próxima temporada el equipamiento deportivo de Cesáreo Alierta.


El club (Basket Zaragoza 2002) explicó el viernes que lamenta la "instrumentalización" que están sufriendo el nombre y la memoria de Abós y dijo ser consciente "de la división que ha podido generar la decisión municipal en la afición caísta". Así, el CAI rechaza el cambio porque considera que "lejos de convertirse en un reconocimiento" al entrenador fallecido el año pasado, "este proceso ha derivado en un punto de fricción y enfrentamiento en nuestra sociedad que tiene poco que ver con honrar su memoria".


En el salón de plenos, en los últimos nueve meses, se han debatido diversas propuestas para homenajear a Abós y, entre otras, se propuso que se bautizara con su nombre a una puerta del pabellón, a un graderío o al palco. El nombre del técnico también se barajó para la plaza frente al pabellón (donde se sitúan las taquillas) y la calle lateral en la que se ubica el centro deportivo.

Firmas contra votos

La polémica no ha dejado de alimentarse en la última semana y mientras que ZEC recuerda que la medida tiene el respaldo de más de 15.000 firmas, el PP le replica que con 15.000 votos no se consigue un concejal en Zaragoza y que los representantes en el pleno que se oponen a la medida (PP, PSOE y Ciudadanos) suman más de 200.000. Para dar una idea de la repercusión fuera de Aragón de este debate baste señalar que en el pleno sobre la conveniencia del cambio de nombre había hasta ocho cámaras de televisión de otras tantas cadenas distintas.


El portavoz del PP,Eloy Suárez, continúa pendiente de una respuesta a la misiva que envió esta semana al rey Felipe VI para anunciarle que se restituirá el nombre de Príncipe Felipe "cuando haya un gobierno que respete a la mayoría". No obstante, el impulsor de la iniciativa a través de la plataforma Change.org, Jorge Lambán, explicó el pasado lunes en el pleno que un par de peñas caístas también se dirigieron en su día a la Casa Real y el gabinete de Felipe VI, lejos de sentirse ofendido, únicamente contestó que se trata de una competencia municipal.


Y la rectificación o no seguirá siendo una decisión municipal porque solo el gobierno de Zaragoza en Común está capacitado para revocar la decisión. La pelota (y la pizarra para evaluar el porcentaje de acierto) continúa en el tejado de Santisteve, que es el único que podría dar marcha atrás, antes de que en más o menos un mes comience a cambiarse la rotulación del pabellón y los carteles en las calles.

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