Una ciudad que late en su memoria

Uno de los archivos más sorprendentes de imágenes de la Zaragoza antigua está colgado en internet. Se llama GAZA, acrónimo de Gran Archivo de Zaragoza Antigua, y en menos de un año de funcionamiento se acerca a las 3.000 imágenes. No es, como ocurre con frecuencia, una simple acumulación de cromos. Detrás de cada fotografía, grabado, dibujo o pintura que se recoge en GAZA hay una minuciosa labor de documentación. Hasta el punto de que sus dos responsables, Antonio Tausiet y José María Ballestín, no incluyen una imagen hasta que no consiguen datos certeros de ella.

"En 2014 había varios sitios en internet dedicados a recuperar la memoria visual de Zaragoza –explica Antonio Tausiet–. Nosotros mismos pertenecíamos a un grupo de facebook donde se iban subiendo imágenes y se comentaban. Pero nos dimos cuenta de que al final había un poco de caos. Decidimos ponernos a la tarea ordenando todo y subdividiéndolo en álbumes".

Así, en la página de GAZA (www.flickr.com/photos/zaragozaantigua/sets) las imágenes se estructuran por épocas y por lugares. Hay carpetas como ‘1860-1869’ (52 fotos), ‘1870-1879’ (69 fotos y un vídeo), ‘1880-1889’ (48 fotos); o también ‘Iglesias y conventos’ (243 fotos y un vídeo), ‘Puentes’ (147 fotos y dos vídeos) y ‘Delicias y Vía Hispanidad’ (87 fotos y 4 vídeos).

"Las imágenes las obtenemos de archivos, de publicaciones, de páginas web (algunas incluso que ya no existen), revistas, periódicos, de lectores que nos envían sus fotos privadas, asociaciones de vecinos... La idea es que cada imagen nueva que se sume al proyecto añada algo al fondo ya existente. Aunque todas las imágenes antiguas son interesantes en sí mismas, si una es similar a alguna otra que ya tenemos no la añadimos". Tausiet se ocupa de preparar los álbumes y de conseguir que las imágenes, algunas deterioradas o borrosas, tengan la mayor calidad posible. GAZA echó a andar en agosto de 2014 y ya ha superado las 2.600 entradas.

"Hay épocas en las que incluimos más imágenes y épocas en las que menos. Pero raro es el día en el que no haya una novedad", concluye. José María Ballestín se ocupa de los datos que acompañan a cada imagen, a veces fáciles de conseguir, pero que en ocasiones obligan a realizar una labor casi detectivesca. "Partimos de que es cierto eso de que una imagen vale más que mil palabras, pero pensamos también que una imagen con mil palabras es mucho más útil –asegura–. Por eso, para cada foto intentamos averiguar quién es su autor, en qué año la tomó y qué es lo que se ve en ella. Hay imágenes que no ponemos porque no sabemos qué es lo que aparece en ellas ni quién las hizo".

Algunos lugares son fácilmente reconocibles y otros muy complicados porque han sufrido "transformaciones apabullantes". "A veces –añade Ballestín–, la acumulación de imágenes funciona como lo hacen los fotogramas de una película. Viendo una detrás de otra observas cómo ha ido cambiando un lugar con el tiempo".

Todas las fotos tienen su historia y su explicación, incluso las del Pilar, "que es lógicamente el edificio más fotografiado a lo largo en la ciudad. Pero, si uno se fija bien, acaba descubriendo que cada una tiene un elemento característico, aunque sea pequeño, algo que la hace única".

"También incluimos mapas, grabados, pinturas.... Me gusta rastrearlos porque hay imágenes verdaderamente sorprendentes, como una antigua fiesta en el arco de Toledo, que es una de mis favoritas –añade Tausiet–. Intentamos recopilar todo tipo de imágenes y también estamos en contacto con algunos ya veteranos aficionados a este tipo de búsquedas, como José Luis Cintora o Rafael Castillejo. La verdad es que es una labor ingente".

"Al principio soñábamos en reunir 500 fotos, luego pasamos a 1.000, y así hemos ido subiendo –concluye Ballestín–. La verdad es que no sabemos cuándo terminaremos. Bueno, en realidad no sabemos si esto acabará alguna vez".