Tres especialistas aragoneses, en la edición más completa del Quijote de Cervantes

Aurora Egido, María del Carmen Marín y Alberto Montaner han colaborado en este trabajo presentado esta semana por la RAE.
Más de un centenar de estudiosos han participado en la publicación de esta obra en dos volúmenes, que ha dirigido Francisco Rico.

"Esta es la edición más ambiciosa y completa del Quijote. Aunque tiene mucho que ver con la que se realizó en 2005, no se trata de una reedición maquillada sino de una nueva edición, con cambios en profundidad". Así define Alberto Montaner, catedrático de Literatura de la Universidad de Zaragoza, la obra que presentaba el pasado martes su coordinador, Francisco Rico, en la Real Academia Española.


La edición, que se publica coincidiendo con el cuarto centenario de la aparición de la segunda parte de la obra, es fruto de la colaboración de cerca de un centenar de estudiosos y escritores. El texto ha sido fijado de acuerdo con las más rigurosas técnicas de la crítica textual y se acompaña de un amplio despliegue de estudios y materiales complementarios, que de por sí constituyen una especie de enciclopedia del Quijote. De hecho, la obra se distribuye en un estuche con dos gruesos volúmenes. El primero de ellos contiene la primera y segunda partes del Quijote, convenientemente anotadas. El segundo ofrece distintas ‘lecturas’ de la obra y diverso material complementario. En la nómina de colaboradores se incluyen tanto escritores como especialistas en literatura: Javier Cercas, Víctor García de la Concha, Rafael Lapesa, Alberto Manguel, Javier Marías, Guillermo Serés, Darío Villanueva, Ricardo García Cárcel, Martín de Riquer...

Y en esa lista destaca la presencia de tres aragoneses: María del Carmen Marín, Aurora Egido y Alberto Montaner.


La profesora María del Carmen Marín, actualmente en Nueva York por motivos laborales, es una de las principales especialistas en literatura de caballerías. Se ha ocupado de anotar a pie de página todas las alusiones caballerescas del Quijote. Sus aportaciones ayudan a entender al lector actual referencias y alusiones que solo en la época de Cervantes eran de dominio común entre el lector avezado. Además, ha preparado un apéndice en el que, tomando pasajes de varias obras, recrea una biografía o ‘retrato robot’ de un protagonista ‘tipo’ de las obras que volvieron loco a Alonso Quijano.


La catedrática y académica Aurora Egido también ha realizado una contribución notable. "Esta edición actualiza la de 2005 y ofrece una veintena de artículos nuevos –apunta–. Se ha realizado un importante esfuerzo para poner al día lo que se hizo en 2005 a la luz de todo lo que se ha ido descubriendo después, que ha sido bastante porque ahora hay mucha más información".

Atapuerca y Montesinos

En esta edición del Quijote Egido tiene un texto, ‘De la cueva de Atapuerca a la cueva de Montesinos’ en el que relaciona la descripción de la bajada que hace Don Quijote a la cueva de Montesinos con la que Francesillo de Zúñiga incluyó en su ‘Crónica burlesca del emperador Carlos V’ de un descenso a Atapuerca.


Alberto Montaner asegura que su trabajo no ha consistido en "intervenir en ningún capítulo en concreto, sino en revisar todas las notas a pie de página, de la primera a la última". Más de 3.000 notas eruditas, cuidadas al máximo en su precisión y exactitud, en una edición que, por su complejidad y volumen, puede considerarse casi definitiva. "Se ha completado también la bibliografía, que ha aumentado mucho en los últimos años –concluye Montaner–. Y se han revisado todas y cada una de las decisiones que se tomaron en la edición anterior en cuanto al texto original".

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