"Somos más una familia que un equipo"

Los jugadores no podían reprimir la alegría ante un ascenso que consideran "un premio a un año de mucho trabajo".

La recompensa a once meses de esfuerzo, de mucho trabajo del equipo y también de entrega por parte de la afición. Esa era la valoración del ascenso más repetida por parte de los jugadores al final del encuentro, cuando recobraban aliento y asimilaban la gesta, rodeados de niños en busca de un autógrafo, una fotografía o una prenda de recuerdo.


"Inolvidable", así describía Íñigo Ros el momento que estaba viviendo. Sin camiseta y con todavía restos de césped en la cara, el jugador navarro decía sentirse muy contento de haber logrado un hito así. "Es un momento muy importante, tanto para nosotros a nivel profesional como para el club en todos los aspectos". Ros también valoraba el encuentro que acababa de finalizar, "sabemos que teníamos que hacer un partido en El Alcoraz como los que hemos hecho durante todo el año, y hemos demostrado que después del varapalo de Tarragona nos hemos sabido levantar y hacernos fuertes como lo hacen los equipos grandes".


A la hora de señalar los motivos que han llevado al Huesca a estar en lo más alto, firmando una temporada redonda, tanto Morillas como Pallarés apuntaban al buen ambiente del vestuario. "Somos más una familia que un equipo", decía Pallarés, que añadía que el ascenso era "la guinda del pastel", por lo que animaba a toda Huesca a disfrutar el ascenso.


A Morillas le costaba recuperar el aliento después de las celebraciones, y se acordaba de los peores momentos del equipo durante la temporada. "Ese partido contra el Bilbao que parecía que lo teníamos perdido, o ese gran varapalo que nos llevamos todos contra el Nástic", para destacar la capacidad de recuperación que también han demostrado y que les ha llevado a coronar el gran año.


Al lateral andaluz se le llenaban los ojos de lágrimas al preguntarle de quién se acordaba en ese momento. "De toda mi familia que no puede estar aquí, pero en especial a mi novia, que sufre mucho por la distancia".


El guardameta Dani Jiménez también hablaba de sacrificio y de trabajo a la hora de describir el ascenso. "?Durante todo el año hemos mantenido ese compromiso de devolver la ilusión a todo el mundo, y finalmente nos vamos a Segunda con toda la gente emocionada, que eso es con lo que yo me quedo", decía el portero que añadía que más allá de lo deportivo, poder ver en la grada a los aficionados contentos, es lo que realmente emociona.


"Teníamos claro que si el fútbol como tal se imponía al resto de condicionantes, el Huesca iba a ganar, porque éramos superiores", explicaba el guardameta respecto al desarrollo del encuentro que había finalizado.


Jiménez también hablaba de su futuro para la próxima temporada, una incógnita después de la grandísima campaña que ha hecho al frente de la meta oscense, aunque él se quitara méritos alegando que el equipo ha llegado a lo más alto por el colectivo, no por individualidades. "No sé donde estaré el próximo año, porque solo tengo firmada uno. He intentado disfrutar de todos los partidos y ahora toca sentarme a escuchar al Huesca y también a otros equipos, además de buscarme otro sueño, porque con el que llegue aquí ya lo he conseguido".


Manolo remarcaba el mérito del ascenso. "El equipo ha ido de menos a más, porque hay que tener en cuenta que era un grupo casi nuevo, en el que solo se mantenían tres jugadores del año anterior, con lo que todo esto supone, pero creo que se han hecho muy bien las cosas desde arriba y este es el fruto del trabajo de mucha gente".

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