Las obras de ampliación del aulario de Educación Especial del colegio Augusta Bílbilis se retrasa

El próximo septiembre comenzará su actividad como centro independiente, pero la adecuación de las nuevas instalaciones no llegará a tiempo.

El aulario de Educación Especial del colegio Augusta Bílbilis de Calatayud comenzará a partir de septiembre su actividad como un centro independiente y de nueva creación. Lo que no se cumplirá es el compromiso de arrancar el curso con las obras de ampliación de este espacio finalizadas.


A principios del pasado diciembre, la directora provincial de Educación, Monserrat Martínez, anunció en una visita a estas instalaciones que se iban a construir dos aulas más y que estarían listas para el curso que viene. Los trabajos, según anunció el Gobierno de Aragón, iban a desarrollarse durante el periodo de vacaciones de verano, una vez que se hubiera terminado el proyecto de obra, del que se había hecho cargo el departamento de Urbanismo del Ayuntamiento de Calatayud.


Las obras, sin embargo, no empezarán hasta septiembre. Está previsto invertir 145.000 euros para construir dos aulas más con sus correspondientes aseos, que se sumarán a las tres que existen, y a los espacios para fisioterapia, psicomotricidad, logopedia, y usos múltiples.


La ampliación del aulario es una demanda desde hace unos años, puesto que en estas instalaciones que se estrenaron con capacidad para unos 15 alumnos, se atiende en la actualidad a 32.


"No van a comenzar los trabajos en julio, como se dijo, y es un retraso más. No nos gusta que haya obras con los chicos dentro, pero qué vamos a hacer", comentaba resignado Juanjo Brosel, padre de uno de los alumnos.


El aulario de Educación Especial se encuentra en la parte trasera del Augusta Bílbilis. La adecuación de las nuevas instalaciones no afectaría, según señalaron desde el equipo directivo de este colegio, a la actividad habitual de los dos centros educativos.


Las estructuras que configurarán las nuevas aulas se adosarán a las existentes durante los puentes festivos del 12 de octubre o el 1 de noviembre, con el fin de evitar molestias y riesgos a los escolares.


Este aulario para niños con necesidades educativas especiales fue la solución que se buscó después de tomar la decisión de convertir otro colegio bilbilitano, el Francisco de Goya, en un centro de Educación Infantil y Primaria.


Ese equipamiento educativo se pensó y se diseñó como un centro de Educación Especial, pero cambiaron los planes, y con posterioridad, para dar respuesta a la demanda de plazas que existía para niños con dificultades de aprendizaje, se construyó un aulario dentro de la superficie disponible en el Augusta Bílbilis.


Estas instalaciones, que hace tiempo resultan insuficientes, estaban integradas también en su gestión y plantilla en ese colegio de Infantil y Primaria. Fue este mes cuando el consejo de Gobierno de la DGA aprobó su desglose, se le asignó un código propio de centro y tendrá la configuración jurídica de cuatro unidades de educación básica obligatoria. Esa nueva configuración como Centro de Educación Especial era otra petición de las familias para ampliar la dotación de recursos de los que puedan disponer sus hijos.

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