"Tenemos dinero pero el Gobierno no nos deja invertir ni dar empleo"

MIGUEL GRACIA FERRER I PRESIDENTE DE LA DIPUTACIÓN DE HUESCA I Defiende el valor de la institución, en la que ha estado 16 años como vicepresidente, para garantizar la supervivencia de los pequeños ayuntamientos.

"Tenemos dinero pero el Gobierno no nos deja invertir ni dar empleo"
"Tenemos dinero pero el Gobierno no nos deja invertir ni dar empleo"

-Lleva 24 años en política y siempre en papeles secundarios. No oculta que prefiere trabajar en la trastienda. ¿Qué le asusta de estar ahora en primer fila?

-Trabajé durante muchos años detrás de Marcelino Iglesias. Ahora me toca ponerme delante y lo asumo con normalidad.


-El diputado de Cambiar, Luis Arduña, empezó su discurso en la investidura diciendo que las diputaciones son cosa del pasado.

-Él mismo acabó admitiendo que fue empleado de la Diputación, que estuvo muy a gusto y que vio lo bien que se trabaja. Las instituciones no son buenas o malas, depende de la gestión, y esta tiene una buena imagen. Muchos ayuntamientos pequeños carecen de capacidad económica o administrativa y sin diputaciones nos enfrentaríamos al desierto demográfico. En los 60 desaparecieron muchos ayuntamientos en una integración en torno a Sabiñánigo, Jaca o Aínsa. Fue a costa de despoblar muchos núcleos. No queremos que se repita. ¿Que haya otras instituciones que podrían hacer ese papel? Pues que se estudie y se trabaje en ello. Las diputaciones son necesarias en tanto en cuanto sirvan a los vecinos de pequeños núcleos distantes y con poca capacidad.


-¿Por qué se ha criticado tanto desde la Diputación la reforma local del PP?

-Atenta contra los pequeños ayuntamientos. No hay duplicidades: nadie llena dos veces el depósito de gasoil de un centro de salud ni pinta dos veces el colegio. El Ayuntamiento lo hace cuando no lo hace la Comunidad Autónoma. La Diputación entra en obras que nos piden los ayuntamientos siendo consciente de que no son competencia municipal, pero es que sus vecinos tienen derecho a ese servicio. Gasta el dinero aquel que no le corresponde pero por dejación del otro. No digo que no pueda haber duplicidad en alguna ocasión, pero en estos temas, no.


-Otro frente de batalla ha sido el límite de gasto impuesto por el ministro de Hacienda. ¿Qué va a hacer al respecto?

-La Federación Española de Municipios y Provincias debería intervenir porque las administraciones locales no podemos ser las paganas del déficit público. La Diputación y algunos ayuntamientos, teniendo dinero y con cuentas muy saneadas, no podemos invertir ni dar empleo porque no nos dejan. Eso, en esta provincia, genera una merma de la actividad económica y más paro. No hemos podido hacer un plan de empleo de 5 millones de euros con 500 puestos de trabajo para seis meses. En las obras para mejorar los accesos a los pueblos, casi el 50% de lo que se invierte vuelve al gobierno en impuestos de combustible, de sociedades, IVA... Cuando contratamos un millón de euros, más de 400.000 euros vuelven. Tener dinero en el banco puede solucionar un problema a la banca, para que disponga de recursos, pero la actividad económica se resiente. Una diputación como esta, con muy poca deuda y con dinero en el banco, no debería estar supeditada a una losa legislativa para que otras administraciones sigan incumpliendo.


-¿No ha habido pacto con Cambiar porque pedían una renuncia expresa a grandes obras como el embalse de Biscarrués o la unión de estaciones?

-El embalse de Biscarrués es fruto de unas mesas de negociación con unos acuerdos de mayorías. Si hoy hay que revisarlo, se deberá hacer desde el acuerdo. La experiencia me dice que en esta provincia, desde los años 60, solo se ha hecho una gran obra hidráulica (San Salvador) cuando ha habido un acuerdo total. O se busca o no se harán grandes obras. Y ¿cómo vamos a decir no a la unión de estaciones? Podemos apoyar uniones que no generen impactos irreversibles, que se hagan las cosas correctamente, pero no podemos paralizar todos los proyectos de desarrollo.


-Como secretario de Política Institucional del PSOE de Aragón ha tenido que negociar con Podemos en un tira y afloja permanente. ¿No le parece un mal inicio para un viaje que debe durar cuatro años?

-Estuve solo en la primera fase de las negociaciones. No es un pacto al uso, es un acuerdo de investidura, así de simple: votar para facilitar que haya un presidente y un seguimiento del cumplimiento. Los socialistas tenemos que ser capaces de buscar mayorías para sacar adelante los proyectos legislativos y los presupuestos.


-¿En qué sentido cree que el 24-M ha marcado una nueva forma de hacer política?

-Ha abierto las puertas a otros partidos, que bienvenidos sean, porque es un abanico donde todo el mundo se puede sentir representado. Mi visión de la política siempre ha sido trabajar por el entendimiento, y ahora más que nunca. Ya no se puede gobernar sin pactar. Las mayorías absolutas van a pasar a la historia, salvo en pequeñas circunscripciones. Esa es la nueva realidad de la política, pero en esta casa (la Diputación) incluso con mayorías absolutas hemos integrado a otros partidos.


-Usted, por ejemplo, ha dicho que no se tiene que quitar la corbata porque nunca la ha llevado, pero ¿qué pasa con el coche oficial?

-Los símbolos externos son solo eso, pero hay que respetar los de todos. Por los cargos que he ocupado he sido partidario de poder obviarlos. En cuanto al coche oficial, en el pasado mandato ya se cambiaron a vehículos de gama media. Esta institución tiene coches oficiales al servicio de nuestro trabajo en el día a día, y es justificable para determinadas cuestiones, no para otras.


-En el inicio de la negociación, Podemos cuestionó la renovación del PSOE y lo atacó directamente a usted. ¿Se puede hablar de renovación después de 16 años como vicepresidente?

-Las personas en los partidos están en función de los proyectos políticos. En la provincia de Huesca ese proyecto ha pasado por determinados liderazgos en los que se contó conmigo, más para el trabajo y menos para la representación. En el mundo de la política cabe la renovación pero es necesaria la experiencia. En estos momentos mi valor es más el de la experiencia.


-¿Cómo está haciendo la renovación el PSOE del Alto Aragón?

-Las pruebas están ahí. En la lista a las Cortes se pidió un esfuerzo a los que eran diputados para que no siguieran. La propia secretaria de Organización, habiendo estado solo una legislatura, dio un paso atrás. El PSOE ha planteado ahora a cuatro mujeres para presidir las comarcas, un hecho histórico. Y el PSOE ha renovado a casi todos los líderes en alcaldías de más de 5.000 habitantes. Pero, dicho esto, tampoco soy partidario de una revolución interna sino de transiciones controladas, porque esta es una organización de muchos años, con unos estatutos que hay que respetar.


-Efectivamente no repitió nadie en la lista a las Cortes de Aragón, pero muchos de los que salieron de los escaños están hoy en la Diputación de Huesca, solo han cambiado de institución.

-Solo cuatro personas: una es la secretaria de Organización (Elisa Sancho) y las otros tres (María Victoria Broto, Maribel de Pablo y Ramón Laplana), las que decidieron los concejales de cada territorio. Pero tenemos 10 diputados nuevos.

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