El más duro de los retos

El propio nombre lo dice: superar un Ironman convierte al atleta en un verdadero hombre de hierro. Es el reto mayúsculo del triatlón y, si no el que más, uno de los más exigentes y duros del deporte. Son 3,86 kilómetros de nado en aguas abiertas, 180 kilómetros en bicicleta –una decena más que la distancia entre Zaragoza y Teruel por carretera– y un maratón con su distancia reglamentaria de 42, 195 kilómetros. Todo ello en un tiempo límite de 17 horas. El pasado fin de semana se celebró en Lanzarote uno de los más duros del calendario internacional y contó con varios representantes aragoneses. Jonatan Chavarrías, zaragozano de 24 años, fue uno de ellos. Era la primera vez que este consolidado triatleta –campeón de España de duatlón largo en su categoría– se enfrentaba a un reto de esta talla. "Lo primero que hay que tener claro es que querer es poder. Luego hay que poseer una buena fortaleza mental por lo que pueda ocurrir durante el Ironman", receta el deportista.

Chavarrías, del Triatlón Europa Zaragoza, completó la prueba en 11 horas, 5 minutos y 35 segundos. Medio día de esfuerzo físico al límite en un paisaje idílico y de contrastes, entre el negro del terreno volcánico y el amarillo y azul cristalino de las playas. "No salió del todo como quería, ya que mi objetivo era bajar de las 10 horas. No pudo ser, pero salí contento con el resultado", comenta Chavarrías, que ahora reposa del esfuerzo. El zaragozano finalizó tercero en su categoría de 18 a 24 años y se quedó a las puertas de haber conseguido un éxito de envergadura: la clasificación para el Campeonato del Mundo Ironman, que se celebra el 10 de octubre en Hawaii. El primero de la categoría se llevaba uno de los pases y ese privilegio fue para el alemán Malte Bruns. "Es una pequeña espina, pero fue un día muy duro así que no puedo estar descontento. La propia organización decía que había sido una de las más duras ediciones que se han celebrado en Lanzarote", explica.

El tramo a nado abrió el Ironman. "Pasó lo habitual cuando casi 1.800 deportistas intentan ir por el mismo sitio: golpes, empujones en el agua y alguna que otra patada en la garganta", dice Chavarrías, que sufrió un corte con una boya en los primeros metros. Las fuertes corrientes de las aguas costeras isleñas dificultaban el desplazamiento, pero aun así el primer recorrido le resultó "entretenido".

Luego afrontó el tramo a bicicleta, "el más duro de todos los Ironman", asegura el zaragozano. El recorrido llevaba a los atletas por toda la isla, cubriendo un desnivel total de 2.551 metros. Chavarrías cuenta cómo empezó con muchas fuerza, pero a mitad del recorrido sufrió algunos problemas físicos que le obligaron a bajar el ritmo. "Me empezó a pasar mucha gente y decidí guardar fuerzas para el maratón", recuerda.

Pero el tramo a pie no fue tampoco como él esperaba. "No pude pisar bien durante todo el recorrido y fui de avituallamiento en avituallamiento", asevera. Pese a los problemas, llegó a la meta al atardecer. Con más tiempo del deseado pero con una experiencia inolvidable en el bolsillo. "Fue increíble recorrer toda una isla y ver cómo los pueblos se volcaban con la prueba. Se veían muchas banderas en los balcones", rememora.

El atleta piensa ya en repetir experiencia, aunque el ritmo de entrenamientos para afrontar un evento de estas características requiere de muchas horas. "Un rodaje largo en bicicleta puede llegar hasta los 150 kilómetros; y de carrera a pie un entrenamiento normal consta de 15 o 20" comenta el zaragozano, que estudia Ciencias de la Actividad Física y del Deporte en la USJ.

Aragón asegura siempre representación en la distancia reina del triatlón. Sin ir más lejos, otros participantes de la Comunidad en Lanzarote fueron Héctor Carrión (Mayencos) que corría por quinta vez este Ironman y lo completó en 13 horas y 45 minutos; Israel Ferrer, del Stadium Casablanca, que lo finalizó en 11 horas y 32 minutos; y Antonio García (11h50), Rafael Laliena (12h50) y Jorge Abel Olivar (retirado) por parte del Club Deportivo Huesca.