Las huellas de la riada aún permanecen en las riberas a pesar de las labores de reparación

Los operarios del Ayuntamiento de Zaragoza llevan semanas trabajando para arreglar.
los daños que la crecida del Ebro provocó en numerosas áreas verdes de la ciudad.
Tras tres meses, algunos de los caminos y parques afectados siguen en mal estado.

Las huellas de la riada aún permanecen en las riberas a pesar de las labores de reparación
Las huellas de la riada aún permanecen en las riberas a pesar de las labores de reparación

A pesar de que ya han transcurrido unos tres meses desde que la riada del Ebro afectara a Zaragoza, algunos de los daños que esta provocó aún siguen latentes en la ribera del Ebro. Trozos de cemento levantado, tablas de madera descolocadas, zonas acordonadas, tierra desplazada de los caminos y troncos quebrados son algunos de los efectos que aún pueden observarse en las inmediaciones del río.


El tramo de caminos que discurre junto al Ebro entre los puentes de Santiago, de Piedra y de Hierro continua presentando un aspecto deteriorado en algunas de sus partes a causa de estas inundaciones. A este hecho se le suma la acumulación de desperdicios que muestra últimamente, especialmente de bolsas con excrementos de perros que sus dueños arrojan en algunos puntos de la vía al no encontrar una papelera cercana. Los vecinos del Casco Histórico ya han criticado en alguna ocasión este hecho e incluso el grupo municipal de CHA lo denunció ante una comisión en septiembre de 2014, pero no tuvo éxito. Fuentes del Consistorio rechazan este argumento y atribuyen esta situación a la "falta de civismo" de algunos ciudadanos, señalando que hay "suficientes papeleras" en la ciudad.


En cuanto a los efectos de la avenida, operarios del Ayuntamiento han trabajado en las últimas semanas en el entorno del Ebro para mitigar los daños en vegetación, caminos, mobiliario urbano, juegos infantiles e instalaciones de riego que se produjeron. Desde el Consistorio señalan que se siguen retirando elementos del entorno de la ribera –balas de paja, tablas de madera o gravas– y que se continúan limpiando algunas de las zonas más afectadas. Se han recogido sedimentos de la zona verde y los caminos de San Lázaro y durante estos días se están apartando los de los desagües del parque de La Cruz Roja, los pavimentos de las terrazas del entorno de Helios y los de las escaleras del parque de Ranillas.

Zonas acordonadas

Debido a estas labores, algunas de las zonas de la ribera permanecen acordonadas. En el parque de Macanaz no se puede acceder a las áreas de juegos infantiles por lo deteriorado que está el caucho del que se compone el suelo. También está prohibido el acceso a otra gran superficie de este parque, en la que se hayan diversos montones de tierra con la que los operarios están repoblando los senderos. Las inundaciones se habían llevado por delante la arcilla y también habían estropeado los sistemas de riego de la zona. Desde el Consistorio indican que algunos ya se han reparado pero otros no se han podido revisar hasta hace unos días debido a que al tratarse de mecanismos subterráneos, los operarios debían esperar a que el nivel freático bajase y a que la parte afectada se secase por completo.


También se está rehabilitando el camino de la Chopera del parque de la Cruz Roja, las capas de rodadura del parque de San Pablo y el talud del tramo de parque que va desde el puente de Hierro hasta el de La Unión. Asimismo, se está trabajando en las zonas afectadas por la crecida en Juslibol y en Monzalbarba y las áreas dañadas en Movera ya han sido recuperadas para uso público.


No obstante, el entorno de la ribera sigue deteriorado en algunas de sus partes. La pasarela que da acceso al río desde el paseo de Echegaray y Caballero tiene algunas de las baldas de madera del suelo descolocadas desde hace semanas, lo que dificulta el acceso a las personas en silla de ruedas. En la zona paralela a este paseo, muchos de los árboles del entorno de la ribera se encuentran en mal estado, con algunos de sus troncos quebrados o a punto de partirse. Varios de los que se han roto invaden los caminos que discurren alrededor del río e incluso las propias aguas.


Fuentes del Ayuntamiento aseguran que los operarios trabajarán hasta que los efectos de la riada que empezó a azotar la ciudad el pasado mes de febrero queden mitigados por completo.