El sueño, para la repesca

Dos goles del Nástic en apenas 11 minutos de la segunda parte y la expulsión de Manolo por pisar a un contrario en el suelo desnivelaron una eliminatoria que hasta entonces ganaba a los puntos el Huesca, que hoy conocerá a su rival.

El sueño, para la repesca
El sueño, para la repesca

Esta vez la moneda cayó de la cara del Nástic. En una eliminatoria igualadísima, los dos entrenadores habían advertido de que el pequeño detalle iba a marcar el ascenso y en esta ocasión, el detalle fue el disparo de Lago Jr desde la frontal que se coló en la portería oscense en el 47 después de golpear los dos postes que Dani Jiménez había besado antes del inicio del partido esperando que le trajera suerte.


El gol rompió una partido que hasta entonces había ganado a los puntos el Huesca, aunque sin crear excesivo peligro, al igual que en la ida. Luego llegó la sentencia con un cabezazo de Rocha a la escuadra y la autoexpulsión de Manolo, que tras 150 minutos soberbios –contando los 90 de la ida y los primeros 60 de la vuelta–, dio un pisotón a un jugador del Nástic que estaba en el suelo, según el acta arbitral, dejando a los de Tevenet con una misión imposible. Una acción que le puede hacer perderse, como mínimo, la siguiente eliminatoria.


Y es que pese a la enorme decepción de ayer, ejemplificada en las caras de tristeza de los más de 800 aficionados oscenses que se dejaron las gargantas para que sus cánticos de ánimo se escucharan frente a los casi 13.000 hinchas locales, el luto no puede durar ni 24 horas ya que al Huesca todavía le queda un segundo ‘match ball’ con una repesca en la que 8 equipos lucharán por las dos plazas de ascenso que aún están sin adjudicar, acompañando al Nástic y al Oviedo, que eliminó al Cádiz.


Las molestias que arrastraba José Gaspar por el esguince de tobillo sufrido en la ida y la baja por lesión de Rojas, hicieron que Tevenet tuviera que modificar la alineación dando entrada a Scardina en el centro de la defensa, a Fran Mérida como media punta y a Esnaider como delantero centro con David Mainz escorado a la derecha, sacrificando con ello la velocidad y el regate de Tyronne. Un once inédito en toda la liga.


La fórmula funcionó en la primera mitad ya que pese a que había mucho temor al arreón inicial de los tarraconenses, el Huesca aguantó bien y de hecho fue bastante superior a su rival, al que parecía superarle la presión. Las ocasiones oscenses más claras fueron una falta lanzada por Mérida, con resbalón incluido, que llegó a golpear el larguero, y un centro desde la banda de Aythami al que Mainz no llegó por poco. El Nástic, por su parte, sin una idea de juego clara, se sostenía con las individualidades de Rayco que atajó bien Dani Jiménez.


Las buenas sensaciones que había dejado la primera parte se vivieron abajo cuando a los 2 minutos de la reanudación Lago Junior hizo seguramente el gol de su carrera. El tanto espoleó a los locales, que se vinieron arriba y a los 13 aumentaron la distancia. Solo tres minutos después, el Huesca se quedó con diez y Tevenet arriesgó dando entrada a Gaspar, Tyronne y Pallarés. Fueron los mejores minutos en ataque de los oscenses, que no parecían estar en inferioridad. Un error perdonable de Íñigo Ros, reconvertido en los últimos minutos en central, dejó solo a Marcos, que batió a Dani de Vaselina llevando el delirio a la grada. Con tiempo cumplido, Mainz hizo el gol del honor. Poco premio para tanto esfuerzo.