Aurelio Viñas, escritor: "A veces tienes que aureolar la realidad de fantasía"

El veterano colaborador de HERALDO (Anzánigo, 1929) presentó en el Ámbito Cultural de Zaragoza sus libros:‘Ideas y conceptos’ y ‘¿Culpable o inocente?’

Viñas, el día de la presentación de sus dos últimos libros.
Aurelio Viñas, escritor: "A veces tienes que aureolar la realidad de fantasía"
José Miguel Marco

Lanza los libros de dos en dos. ¿Cuánto hay que escribir cada día para llevar ese ritmo?

Ha sido una casualidad. Uno recoge artículos publicados en HERALDO en los ochenta –ya publiqué otro con los de la década de los setenta– y el otro es una novela. Pero no soy de horarios fijos, igual un día me lo paso escribiendo entero y otro solo hago cuatro garabatos.


Pero ¿todos los días hay algo de lo que dejar constancia?

Sí. Todos los días me gusta escribir un poco. Si no, parece que me falta algo. Ahora he empezado otra novela. ¿La terminaré o no? El tiempo lo dirá, porque por lo menos dos años hay que echarle...


A sus 85 años, ¿qué le deja huella?

Aún no sé si la vida es una cosa seria que vale la pena vivir o es solamente un accidente...


Presenta ficción y realidad. ¿Qué prefiere? ¿Abstraerse con una historia o profundizar en verdades?

Cervantes decía que lo mejor es escribir de lo que se ha vivido y se conoce. A mí me gusta eso, pero a veces la realidad tienes que aureolarla de fantasía para que tenga algo de atractivo.


Leer sus escritos de hace cuarenta años, ¿le da pudor o se sigue sintiendo identificado?

Algunas veces digo: "¡Vaya gansadas escribía!". Otras, me sorprendo de determinadas reflexiones y análisis. Hay que tener en cuenta que empecé a escribir en plena dictadura... Y ¡lo que son las cosas! Al cabo del tiempo, hice un viaje a Israel y coincidí con un comisario encargado de estos asuntos. Nos hicimos amigos y me confesó que me tenían un poco fichado por pasarme...


Escribía en HERALDO bajo el encabezamiento ‘Al filo de las ideas’. ¿Eso supone escribir al filo de lo imposible?

En realidad, escribía bajo cuatro: ‘Al filo de las ideas’, ‘Ideas y conceptos’, ‘Con el dedo en la llaga’ y ‘De viva voz’. Pero a lo que pregunta, sí. La palabra filo conlleva la idea de algo cortante...


Y ser crítico, ¿le ha traído muchas críticas?

Por el mismo artículo recibía a veces llamadas insultándome y palabras enaltecedoras.


O sea, que es usted de meterse en terrenos pantanosos...

Con la edad uno se hace perezoso, pero no miedoso. Miedo ya... A mí los temas espinosos nunca me han echado atrás. Al contrario.


¿Qué se puede aplicar a la actualidad de sus artículos de los ochenta?

Unos son piezas de museo, otros hacen historia del momento y otros son de actualidad permanente porque el alma de los pueblos no envejece, se va encadenando pero se mantiene.


Y ¿qué ha cambiado irremediablemente en Aragón en todo este tiempo?

Los vaivenes que trae la vida hacen que parezca que todo es muy distinto hoy, pero el espíritu aragonés ha cambiado muy poco. Lo que ocurre es que se está cayendo mucho en la indiferencia: en lo político, en lo religioso, en lo social... En casi todo.


Usted que es tan costista, ¿no encuentra referentes hoy?

La verdad es que no. Lo que decía Costa en determinadas circunstancias aún se puede utilizar.


Publica también novela sobre secretos y recuerdos en una residencia de ancianos. ¿Para cuántas historias da un escenario así?

En realidad, cada ser humano puede ser el protagonista de una novela, quizá sin saberlo. Pero, claro, no puedes abarcar tanto. Te ciñes a puntos concretos de unos y de otros para construir una historia.


El libro se llama ‘¿Culpable o inocente?’. ¿Cómo se declara usted?

¡Páseme la novela! (señala la última línea del libro, donde resuelve, precisamente, esa pregunta). Como le digo, me gusta escribir de lo que conozco, así que fui a dos comisarías de Huesca para informarme, y en una tuvieron la gentileza de encerrarme en uno de los cuartos de los delincuentes. ¡Pero les dije que se acordaran de soltarme.