Mar Raventós: "un vino con la marca Codorníu no es una apuesta, es innovación"

Siempre sonriente, Mar Raventós se muestra "encantada" de hablar de la compañía que preside, por la que dice sentir "pasión", la misma que manifiesta por la tierra y la cepa. Calidad, exportación y marca son sus máximas, a las que añade la innovación, como la que supone su nuevo vino con la marca de sus cavas.

Mar Raventós, presidenta del grupo Codorníu, participó en Zaragoza en una jornada organizada por Esoen.
Mar Raventós: "un vino con la marca Codorníu no es una apuesta, es innovación"
Francisco Jiménez

¿Cuál es el secreto para sobrevivir con éxito más de 450 años?

La clave está en nuevos valores. Somos un grupo de personas que prima la colaboración y el trabajo en equipo. Nos esforzamos por aprender y por hacer mejor el trabajo de cada dia. Tenemos pasión por la tierra, por el trabajo bien hecho, pasión por vender más y mejor. Y siempre estamos abiertos a nuevos mercados pero también a ideas innovadoras, a nuevos proyectos y nuevas personas. Eso es lo que hace que una empresa como la nuestra lleve casi cinco siglos tirando para adelante.


Se dice que las empresas familiares apenas aguantan más allá de la tercera generación, ustedes ya van por la 17. ¿Cómo lo han hecho?

Lo que nos caracteriza es el trabajo bien hecho y los valores de que antes hablaba, pero también que somos una familia unida, que tiene orgullo de pertenencia a su empresa.


¿Hay que tener mucha mano izquierda para presidir un grupo en el que más de 200 accionistas son además sus familiares?

No, lo que tienes es cariño. También es cierto que yo estudié Psicología, que nunca pensé que me haría falta pero que me ha venido muy bien (ríe). Realmente el secreto para llevar bien esta situación es, sobre todo, querer entender a la gente, ponerte en su piel, saber por qué te está pidiendo aquello e incluso decir ¿por qué no se lo voy a dar si puedo?


¿En las reuniones familiares además de brindar con Codorníu, hablan de Codorníu?

Afortunadamente sí. A mí me encanta hablar de mi compañía y en las reuniones familiares en el momento en que descorchas la botella, y más si es un producto nuevo que acabamos de lanzar al mercado, es inevitable hablar de la compañía.


En casi cinco siglos habrán pasado por muchas crisis, ¿cómo ha sido la actual?

De las que yo he vivido, esta crisis ha sido de las más complicadas. Ha sido más larga de lo que yo pensaba y muy dura.


¿Y dónde la han notado más, en el consumo, en el acceso a la financiación?

En el consumo, por supuesto. Para una compañía como la nuestra el consumidor es muy importante, si no te compra tu producto toda la cadena se rompe. De todas formas creo que lo hemos hecho muy bien porque hemos luchado mucho por mejorar la calidad y, pensando que la situación se iba a recuperar, hemos continuando cumpliendo todo aquello a lo que nos habíamos comprometido en nuestro plan estratégico.


¿Cuál ha sido esa estrategia?

Nosotros creemos en las marcas, somos marquistas, creemos en la calidad de nuestro producto y creemos en la internacionalización. Creemos que hay que salir, aunque ya lo hacíamos, y abrirse paso en mercados nuevos. Pero también creemos que hay que apostar por la innovación, por hacer nuevos productos que lleguen a nuevos consumidores.


La exportación ha sido la tabla de salvación para muchas empresas. ¿También para Codorníu?

En Codorníu siempre hemos luchado para que la exportación tenga más participación en nuestras ventas. Para nosotros el mercado norteamericano es muy importante, también el del Reino Unido, aunque la verdad es que aquí no hemos tenido el éxito que queríamos, y estamos recogiendo mejores números en los países nórdicos, en Bélgica y en el mercado suizo.


Acaban de lanzar un vino con la marca Codorníu. ¿Ese es el futuro, su apuesta?

No, nosotros somos productores de cava y de vino porque tenemos nueve bodegas, dos de ellas fuera de España, en Argentina y California, y es cierto que el mercado de los vinos representa un porcentaje muy importante que cada vez va a más. Pero pensamos que tener un vino con el nombre de Codorníu era una gran innovación ya que siempre se nos asocia al cava y estamos contentos porque el lanzamiento de Viñas de Anna, un nombre muy emblemático para nuestra compañía, ha sido un éxito.


El boicot al cava catalán ¿está superado?

Es difícil decirlo, pero una máxima de nuestra compañía es ‘de las cosas externas de las que no puedes hacer nada, ni hables’, así que nosotros a trabajar y a trabajar bien porque lo que interesa es que a pesar de las adversidades tenemos que seguir poniendo tu producto donde tiene que estar.


¿Cómo cerró Codorníu el pasado año?

Estamos en ello, cerramos en junio.


¿Se nota la recuperación?

Nosotros llevamos diez meses recuperando algo y eso nos anima mucho. La verdad es que sí, yo creo que hay un poco de recuperación de consumo. Por lo menos, en nuestros vinos.


En 2002 se instalaron en Aragón, ¿están contentos con aquella elección?

Sí, fue una de las inversiones que hizo el grupo para cerrar un ciclo y estamos satisfechos. Son unos vinos buenos, a un nivel determinado y la bodega está dando los frutos que esperábamos.


¿Está pensando en nuevas adquisiones?

Todo no lo puedes prever pero en principio no estamos abiertos a compras o a la instalación de bodegas propias en algún sitio. Realmente ahora hay muchas bodegas en venta y algunas se te pasan por la cabeza, por eso las que creemos que son interesantes y se adaptan a nuestro plan, las estudiamos.


¿Han pensado en algún momento en Aragón para crecer?

Pensamos en muchos sitios, más fuera de España que dentro del país, pero teniendo ya la de Belver del Cinca es difícil. Desde luego si se presenta una oportunidad es bueno estudiarla.


¿Cómo le gustaría ver a Codorniu en los próximos años? ¿Tiene algun reto personal todavía por cumplir?

Me gustaría estar en muchos mercados con una buena rotación y, sobre todo, ver que cada consumidor que compra una botella nuestra se sienta feliz de ver que aquello por lo que ha pagado es lo que realmente esperaba.