La fiesta a orillas del Mar de Aragón continúa ganando adeptos año tras año

La singular romería y verbena del Mas de la Punta contó este año con discomóvil y una concurrida comida campestre.

El puente festivo hizo que fueran muchos, tanto caspolinos como habitantes de las comarcas del Bajo Aragón y del Bajo Cinca, los que ayer se desplazaron hasta el paraje natural del Mas de la Punta, a orillas del Mar de Aragón. Esta fiesta popular, a la que se podría definir como una romería aunque carente del componente religioso, tuvo su origen en 1982, cuando la agrupación socialista caspolina decidió acudir a este zona del término de Caspe con motivo del día del trabajo. En un principio se iba solo el 1º de mayo, pero pronto algunos jóvenes decidieron ir a pernoctar la noche del día 30. Debido a la creciente acogida, desde la comisión de festejos del Ayuntamiento se decidió alegrar la noche con una verbena. Una fiesta muy concurrida tanto por los que pernoctan (para ellos se dispone de un permiso especial) como por el resto de la población que acude a la verbena para luego volver a dormir a sus domicilios.


Una discomóvil prolonga la fiesta hasta altas horas de la madrugada por lo que quienes se quedan a dormir al raso tiene poco tiempo para descansar, pues no tardarán en llegar los autobuses municipales y los coches de particulares que tocan diana y preparan todo para disfrutar de los paseos y de la comida campestre, protagonizda por las barbacoas que este día también gozan de un permiso especial para hacer fuego en la zona delimitada.Un emplazamiento fijo

Un lugar que cuenta con el favor popular: la prueba fue que el año pasado hubo un proyecto para trasladar la fiesta a otro enclave, el parque Entrepuentes, un espacio verde situado junto al casco urbano para evitar los desplazamientos, y se realizó para ello una consulta popular a través de la página web del Ayuntamiento. El resultado de la votación fue que una amplia mayoría se decantó por la zona tradicional del Mas de la Punta.


El Mas de la Punta está situado a unos quince kilómetros de Caspe, a orillas del Mar de Aragón, se trata de una zona muy concurrida en la que se realizan diversos concursos de pesca y que cuenta con una rampa para embarcaciones, refugio de pescadores, zona con barbacoas, parque infantil e instalaciones sanitarias así como agua y luz. La fiesta que se inició el jueves a media tarde se prolongó hasta el atardecer de ayer.