Esfuerzos recompensados

Los nuevos premios ‘Aragón, empresa y futuro’ reflejan el empuje de un elevado número de compañías de la comunidad.

Trabajan en sus empresas con tesón para competir en mercados muy complicados logrando hitos que a veces no terminan de calibrar en su justa medida. Se meten a diseñar grifos, focos de luz o robots olvidándose del resto del mundo para luego conquistar clientes que hoy ya no quieren cualquier cosa. Coordinan equipos humanos, muchas veces con dificultades, y consiguen que todos empujen a la vez para alcanzar valiosos objetivos. Ese es su día a día, pero cuando alguien les reconoce su trabajo y se ven en la tesitura de tener que explicar lo que hacen envidian al locutor de televisión o de radio que se expresa con tanta soltura, aunque luego se ponen a la tarea y no pasa nada. Hablar de lo propio no cuesta tanto. Algo de esto vivieron los directivos de las compañías que se han hecho con los primeros premios ‘Aragón, empresa y futuro’ impulsados por Ibercaja y HERALDO, entregados el pasado jueves en una gala en la que los principales protagonistas fueron los galardonados: GRB Grober, en la categoría de Innovación; Centro especial de empleo Gardeniers, como empresa social; Especialidades Luminotécnicas (ELT), en proyección internacional, y Granja Virgen del Rosario en la categoría de empresas agroalimentarias. Cuatro fieles exponentes del empuje empresarial y social de una comunidad, la aragonesa, que va mejor que la media y que cuenta con otros muchos generadores de riqueza y bienestar, entre ellos también el resto de participantes a este galardón de nuevo cuño, casi 80 en total.


Innovación.


Sincero, claro y con orgullo se mostró al recibir uno de los premios Roberto Ladrón, líder de la empresa de grifos GRB Grober, quien hizo hincapié en que una de las cosas que más le gustaban del reconocimiento era el título de la categoría, Innovación. Y no es para menos, no en vano él es de los que han rechazado siempre el dicho castizo ese de "que inventen ellos". Predica con el ejemplo presentando patentes de productos –siempre grifos, claro– con diseños y prestaciones novedosas y difunde también esta forma de actuar en el seno de la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE) Aragón, donde el premio de Ibercaja y Heraldo entregado a GRB fue muy celebrado.


Producir, exportar.


Estimulante resulta escuchar también los testimonios de quienes producen con tanta pasión –huevos, en el caso de la pujante Granja Virgen del Rosario de Mainar (Zaragoza)– o de quienes venden fuera de España lo que hacen aquí, en Zaragoza, como es el caso de ELT, según contó Luis Morales, su responsable de Marketing. La única empresa en España que diseña y fabrica equipos electrónicos para iluminación, con varias cadenas productivas con avances de última generación, resulta que es aragonesa y vende a más de 100 países en los cinco continentes, ahí es nada. Morales invitó a los responsables de empresas que estaban en la sala a dar el salto a mercados exteriores, de lo que ya saben y mucho la gente de Prodesa (con su director general, José Manuel Martínez, al frente, así como el ‘exiliado’ en EE. UU. José Ignacio Pedrajas) y la de Scati, ambas finalistas al galardón de proyección internacional.


Fruteros.


Para mucha gente quizás los de Gardeniers son esos que venden fruta y verdura ecológica los sábados detrás del Teatro Principal de Zaragoza, a veces con ‘fruteros por un día’ que no lo hacen nada mal... Pero esta empresa de Atades es mucho más, como destacó su presidente, Jesús Soto, al recibir el premio como empresa social. Esta fue la categoría en la que se presentaron más candidatos y en ella pudo haber muchísimos ganadores con méritos de sobra. Musethica y la Fundación Picarral fueron las otras finalistas.


Crea.


Algo accidentado resultó en sus inicios el viaje de la expedición de la patronal aragonesa CREA a Bruselas. Afectados por la suspensión de vuelos a y desde la capital belga perdieron ocho horas en el aeropuerto de Zaragoza. Ahí les dieron 5 euros a cada uno para un bocadillo porque el avión no salió hasta la tarde. Pese al contratiempo, aprovecharon al máximo su estancia informándose de primera mano de las políticas comunitarias de apoyo a las empresas, las opciones de ayudas específicas para Teruel y las comunicaciones transfronterizas.