El dúo bilbilitano Los Gandules se sube al 'Barco ochentero' por el Mediterráneo

Santi Díaz y Roberto Montañés llevan estos días sus descacharrantes versiones bufas de clásicos populares a Niza, Roma y Cerdeña. Les acompañan Modestia Aparte, Pablo Carbonell, OBK, La Guardia, La Frontera...

Roberto y Santi (Los Gandules), en plena tarde de merienda.
Roberto y Santi (Los Gandules), en plena tarde de merienda.
HA.

Santi y Roberto son de Calatayud, y desde hace algo más de una década se ganan la vida haciendo el gandul: por cierto, cuando aparece esta palabra (gandul) en una canción de sus conciertos, el público prorrumpe en alaridos jubilosos: esta tradición se pilla a la primera y ya no se suelta. Los Gandules y sus versiones únicas de clásicos del pop/rock viajan desde ayer en un lujoso crucero por el Mediterráneo, llamado ‘Barco ochentero’, y que aglutina en sus camarotes a una curiosa selección de artistas españoles que se hicieron populares en la década del España-Malta y ‘La bola de cristal’. Partieron ayer de Barcelona y pasarán por Niza, Roma y Cerdeña antes de regresar a la Ciudad Condal.


Roberto se afanaba en la mañana de ayer con la maleta. "Me estoy probando bermudas del año pasado, y no me entran. Primer conflicto: por suerte, lo nuestro es llegar y engranar. Actuamos los primeros, con Pablo Carbonell, y luego pasaremos cuatro días en la tumbona. El trago con parasol diminuto está negociado también".


La aventura les llegó por invitación expresa de los organizadores, que ya se habían lanzado anteriormente al reto de materializar este concepto: desde luego, cabría perfectamente en un guión de ‘Vacaciones en el mar’. "A lo largo del año actuamos bastantes veces en Madrid y parece que nos vieron allá. Les gustó, y tuvieron en cuenta que había muchas canciones ochenteras en nuestro repertorio a la hora de llamarnos. En el barco caben 2.000 personas, aunque creo que también hay gente que viaja sin ‘concepto’, a su bola. Esos tendrán que lidiar con nosotros, y los que se han apuntado al tema ochentero ya han aceptado que les amarguemos el viaje desde el principio".


A Roberto, embarcado en su día (ojo, verbo apropiado para la cita de hoy) en otros proyectos de notable repercusión popular como Los Berzas o The Hillbilly Mongows, le hace especial ilusión actuar camino de la Costa Azul. "Es muy elegante, ¿verdad? Con las batas y el sofá... cuando bajemos en Niza, forrados tras nuestra actuación, igual vamos a probar suerte en el casino de Montecarlo. ‘Tardes de merienda’, que salió hace nada, es el segundo disco de una trilogía que cerrará ‘Noches de bingo’. Comprenderás que tenemos que documentarnos, empaparnos del asunto, inspeccionar los cartones y saber si allá están más caros que en las fiestas de Calamocha. Además, con un poco de suerte, igual avistamos el espíritu de Louis de Funes vestido de gendarme por Saint Tropez: soy muy fan".


El dúo no llevaba preparado ningún tema ‘a pachas’ con Pablo Carbonell. "Nos conocemos, pero no hemos intimado hasta ese punto, aunque quién sabe: probablemente no quiere destrozar su carrera compartiendo una canción con nosotros. Bueno, igual no le preocupa tanto: es un tío muy majo. ¿Santi? Está entusiasmado: es más viejo que yo y todos estos artistas le tocan el corazoncito. Los dos queremos ver al DJ que era miembro de Locomía... en afinidades más serias, a mí siempre me ha gustado La Frontera, y Santi, que también se llama Dun Gandul, seguía mucho a La Guardia y Modestia Aparte".Como Elcano, o casi


A lo tonto ‘modorro’, los bilbilitanos no paran quietos en todo el año... desde hace años. "La semana que viene –apunta Roberto– estaremos en San Sebastián, luego en Santander, Sabiñánigo,Zaragoza en el festival ‘Mundo Idiota’ el 23 de este mes, Zuera, Badajoz, Logroño, Barcelona, otra vez Zaragoza en el ‘Quédese en Casa’ de la López, Madrid en Galileo Galilei y ya hay varias fechas en el verano profundo... vamos dando saltos con nuestros asaltos".


Ya hace tres años que Los Gandules mantienen una colaboración casi semanal con el programa radial matutino ‘Levántate y Cárdenas’, que primero se limitaba a fabricar canciones al vapor partiendo de un concepto –o una simple palabra– y luego se extendió a programas en directo por toda la península. "Estamos a gusto y ellos también, al menos no nos han dicho lo contrario a la cara: no nos ocupa mucho tiempo, de 10 a 12 minutos por cada ‘truñaco’ de canción que les facturamos. Una maravilla, vaya".