Cuatro días trágicos en las Cinco Villas

La muerte del vecino atrincherado en el barrio de La Llana y las de los dos hermanos intoxicados en pleno Casco Histórico han hecho de esta una semana trágica para la capital de las Cinco Villas.

Ni los disparos de escopeta, ni el fuego, ni el humo, ni mucho menos los muertos figuraban en el guión. La que hoy concluye estaba llamada a ser la semana de la Feria de Ejea, todo un clásico en el calendario festivo de la capital de las Cinco Villas y un poderoso reclamo para el sector hostelero de una ciudad que alejada de cualquier carretera nacional se agarra a la mínima excusa para reivindicarse. Pero no todo vale, porque aunque Ejea ha conseguido atraer durante los últimos días la atención de todos los periódicos, emisoras de radio y televisiones del país, los motivos distan mucho de ser los deseados. Primero fueron el tiroteo y posterior atrincheramiento de José Luis Cerdán, de 73 años, en su casa del barrio La Llana, donde encontró la muerte a primera hora del pasado jueves durante el asalto de las unidades especiales de la Guardia Civil. Y cuando la resaca de estos inesperados acontecimientos todavía no se había disipado, la tragedia ha vuelto a cebarse con el municipio.Esta vez, segando la vida de dos niños, dos hermanos de dos y cinco años muertos por inhalación de humo.


A diferencia de lo ocurrido el pasado miércoles, cuando las redes sociales se hicieron eco prácticamente al instante del tiroteo registrado junto a la gasolinera de la A-127, difundiendo, incluso, fotografías de la primera víctima tendida en el suelo, los vecinos de Ejea tardaron ayer más en enterarse de lo que había ocurrido en el número 8 de la calle Horno Grande, en pleno Casco Histórico. Sobre todo, porque la intervención de los equipos de rescate fue esta vez muy rápida. Los bomberos de la Diputación Provincial de Zaragoza tardaron tan poco tiempo en llegar a este angosto callejón –entre las calles de Santiago Ramón y Cajal y la de Santa María– que ni siquiera se llegaron a ver llamas saliendo del edificio.De hecho, parece que en esta ocasión no fue el fuego sino el humo tóxico que respiraron los niños el que acabó con sus vidas. Aunque el abuelo paterno también se encontraba con los pequeños en la vivienda, las asistencias médicas llegaron a tiempo de socorrerle y pudo ser trasladado de urgencia al Hospital Miguel Servet.


A medida que pasaban las horas, la noticia del incendio fue corriendo de boca en boca por las calles de Ejea, una población de algo más de 17.000 habitantes donde este tipo de sucesos son bastante poco habituales. Hasta el punto de que más de un vecino trataba de encontrar este sábado un por qué para tanto infortunio en tan breve espacio de tiempo. Como si el destino diera explicaciones o se rigiera por reglas matemáticas.


La última vez que la capital de las Cinco Villas sufrió un drama de estas proporciones fue el 21 de agosto de 2014, cuando un todoterreno se precipitó a un canal de riego y sus tres ocupantes murieron ahogados. El fatal accidente se produjo en el vecino término municipal de Sádaba, de donde era natural uno de los fallecidos. Sin embargo, los otros dos, Sergio Bonillo, de 37 años, y Marta Auría, de 25, estaban empadronados y residían en Ejea de los Caballeros. Pero al margen de los siniestros de tráfico, es cierto que son contadas las ocasiones en que la ciudad acapara la atención de la crónica negra.


Pero la realidad manda, y tras los trágicos acontecimientos de esta semana los vecinos se esfuerzan ahora en mostrar su apoyo y solidaridad hacía las víctimas. El pasado viernes lo hicieron con la familia de José Luis Cerdán, a la que acompañaron en el funeral que tuvo lugar por la tarde en la iglesia de La Llana. Ahora, en lo que todos confían es en la pronta recuperación de dos de las personas a las que disparó el jubilado y que todavía continúan hospitalizadas. Por un lado, Rafael Laita, de 50 años y novio de la hija del agresor, que ingresó el miércoles en la unidad de cuidados intensivos del Hospital Clínico de Zaragoza tras recibir dos balazos en la zona del hombro que podría haberle afectado al pulmón. También fue alcanzado por un tiro de escopeta uno de los agentes de la Guardia Civil que participó en el asalto a la vivienda y que resultó herido en una mano.


A los cuerpos de los niños fallecidos en el incendio del Casco Histórico se les practicará hoy la autopsia, por lo que su funeral podría celebrarse también mañana. Todo dependerá de que lo autorice la juez que investiga el caso.De momento, el Ayuntamiento de Ejea no ha decretado ningún día de luto oficial.