Nesquens y Gamón, alquimia

Sin Pretensiones presenta ‘Nada de nada’, las greguerías de Daniel Nesquens ilustradas por Alberto Gamón.

La editorial sin Pretensiones desmiente una y otra vez su nombre: tiene pretensiones, usa la imaginación, desarrolla el universo de la ilustración y logra libros sugerentes, peculiares, mágicos y, a menudo, deslumbrantes. Con tres ilustradores al frente -Alberto Gamón, Elisa Arguilé, Ana Lóbez-, un espléndido diseñador -Fernando Lasheras-, dos lectoras -Julián Millán, experta en los libros infantiles y juveniles y librera; Chus Juste, bibliotecaria y animadora de lectores- y un autor de cabecera como Daniel Nesquens (al parecer pronto se sumará la citada Chus Juste), sin Pretensiones se está haciendo sitio.


El equipo es más amplio, pero quizá menos visible. El sello se da a conocer como si fuera un paraíso cerrado para pocos y un jardín abierto para muchos. Y aquí está ya su cuarto título: ‘Nada de nada’, que es un diálogo con las ‘Chilindrinas’ de Tomás Seral y Casas, con las ‘Greguerías’ de Ramón Gómez de la Serna y con los aforismos de muchos autores: aforismos, pensamientos, divagaciones, intuiciones o suspiros poéticos. Es un libro de juego y de acción, de ida y regreso, de entrada y salida, de contención y descaro, y es un libro de sutilezas, deslumbramientos y vueltas de tuerca. Lo firman dos grandes autores: Daniel Nesquens, quizá el escritor más demandado y más activo en Aragón y en España (publica de tres a seis títulos al año, y encarna una buena destilación de Roald Dalh, Grimm, Rodari y Jardiel Poncela), el hombres de los mil y un ilustradores, o casi, y Alberto Gamón, ilustrador incansable con un estilo propio, su vena neocubista y su pasión por la geometría, cada vez más humanizadas y quizá redondeada.


Ambos consiguen hacer un volumen minimalista y muy bien elaborado. Más para mayores que para niños. Uno de esos libros que nacen de los talleres de cuentos e ilustración de esta Edad de Oro que vive Aragón, de muchas lecturas, de un talento cautivador y expansivo y de la pura fabulación.


Aquí hay de todo. De entrada hay buena ilustración, diseño de página, colorido, y hay disposición de tipografía, alusiones a Apollinaire y a la poesía visual. Y hay poesía, ingenio, sentido del humor, ironía y una gran sensatez. Nesquens ha descubierto hace tiempo que a veces no hay nada más inverosímil y seductor que lo corriente y los arrebatos de pragmatismo vital. Por ejemplo dice: "El sol nunca se peina a raya". O, con Maradona de espaldas (el Messi rabioso antes del Messi sosegado: dos genios distintos, claro), anota: "Al séptimo día descansó y vio el partido de fútbol". Como ahora:el fútbol es la nueva condena; para algunos gozosa, claro.


Una maravilla de elocuencia y observación es esta certeza: "La mosca es el único animal del zoo que no está enjaulado". La intuición está a flor de piel: "El marisco preferido del pianista es el pulpo". Hay obviedades que no se habían formulado: "En Venecia siempre llueve sobre mojado" y "La sandía siempre está sonriendo", pero había que reparar en ellas y Daniel y Gamón lo ha hecho con una madurez tan trabajada, tan inspirada. Parece lógico. ‘Nada de nada’ es un libro equilibrado, subyugante, de gran expresividad, con imágenes que seducen. Lean y vean esto: "El coche es un gran atleta". Es una forma de verlo.