Cuando no se valora el alcance de la red

El mal uso de internet puede provocar daños irreparables. Desde la Unidad
de Delitos Tecnológicos de la Policía Nacional se lucha contra los abusos.

Imágenes de la Policia Nacional trabajando por Internet.
Cuando no se valora el alcance de la red
Policía Nacional

Posiblemente, pocos adolescentes sean conscientes de la infinitud de internet y de sus consecuencias. La detención hace unos días de un menor, por fotografiar la muerte de dos jóvenes que se precipitaron desde la terraza del Pablo Serrano y distribuir las imágenes por las redes sociales, pone en evidencia el daño que un mal uso de internet puede ocasionar. "Al menor se le puede imputar por ‘descubrimiento y revelación de secretos’ de una investigación, aunque es la autoridad judicial quien determina si hay o no delito", indican desde la Unidad de Delitos Tecnológicos de la Policía Nacional de Zaragoza.


En la Unidad se trabaja para preservar la ley en un universo tan infinito como son las nuevas tecnologías e Internet, y lo hacen desde dos áreas, la referida a las personas y la del patrimonio. A partir de ahí, entramos en un mundo casi ilimitado, porque hoy en día todas las especialidades policiales acaban acercándose a los delitos tecnológicos, y, en cualquier investigación que se inicie, siempre varios de sus aspectos pasan por internet. Por ello, indica que "casi toda la Policía ha tenido que especializarse en él", porque, aseguran, "el malo de verdad intenta evitar por todos los medios dejar rastro en Internet, quienes estafan, quienes lo hacen a través de tarjetas... y ponen difícil su localización".


Bordeando la ley


El uso cotidiano de la red es quizá al que le prestamos menos atención pero el que puede también provocar graves daños (como las imágenes distribuidas de ese menor). Uso que puede bordear la ilegalidad o entrar de lleno en ella, que pueda afectarnos directamente, como son esas campañas vejatorias a las que puede ser sometido cualquiera y que comienzan con un comentario hiriente. "Hay cosas que dichas entre amigos en la barra de un bar no tiene ninguna trascendencia, pero escritas es muy diferente porque tenemos menos frenos morales al escribir en la intimidad de la habitación, en nuestra casa, que cara a cara", indican desde Delitos Tecnológicos. "Ves situaciones de menores a los que les llaman gordos... y les hacen mucho daño, porque eso se extiende como el aceite por Internet, como cuando se hacen montajes y composiciones fotográficas con desnudos. Incluso fotos de menores en situaciones íntimas que se distribuyen, y que quien las hace no tiene conciencia del verdadero alcance y daño que hace, en algunos casos irreparable". Son acciones que podrían ser clasificables como pornografía, e incluso delitos de pornografía sexual entre menores. O esas páginas que animan a entrar en el mundo de la anorexia o la bulimia. "Son páginas desgraciadamente legales, y solo se puede actuar contra ellas entre particulares. Las redes sociales suelen bloquearlas a la míinima denuncia de algún particular".


Más sensibilidad


La Unidad destaca también cómo Internet y las redes sociales han cambiado algunas actitudes, "porque cuando la gente presencia un accidente, ese instinto de salir corriendo a auxiliar a la víctima casi se ha cambiado por el de hacer una foto y colgarla. Hay una pérdida de valores. Y esto mismo sucede en las operaciones policiales, que se ponen a fotografiar al que están deteniendo, incluso cuando se le está engrilletando y olvida que está la presunción de inocencia y que puede ser un atentado a su imagen. Además, nosotros tenemos también la obligación de tener cuidado con ello. Es cierto que las fotos se hacen en espacios públicos... pero hay que saber actuar con sensibilidad y ahora parece que preocupan más las redes sociales que auxiliar a una víctima o que preservar los derechos de las personas. Solo pedimos sentido común y actuar con sensibilidad, pensar siempre en la otra persona".