Padres, tutores legales y familiares hasta tercer grado, es decir tíos o abuelos, son los adultos en cuya compañía podrán acceder los menores a los bailes de los barrios cuando estos se celebren en un recinto cerrado. Esta es la fórmula adoptada por el Ayuntamiento de Huesca para conciliar la interpretación del término ‘verbena popular’ que recoge el catálogo de actividades recreativas con el objetivo de velar por la protección al menor. También se espera que sea la manera de evitar conflictos como el ocurrido hace una semana en las fiestas de San José, cuando los controles de seguridad impidieron el acceso a la carpa a los chicos con menos de 18 años que no iban con sus padres o tutores.

El hecho de que muchos adolescentes no pudieran entrar al baile organizado por la Asociación de Vecinos del barrio provocó discusiones a las puertas del recinto. Incluso fue necesaria la presencia de los agentes de la Policía Nacional adscritos al Gobierno de Aragón y con competencias en materia de menores, quienes ratificaron la actuación de los guardas de seguridad en cumplimiento del Decreto de Espectáculos Públicos, que prohíbe la entrada de menores de 18 años en recintos donde se venda alcohol salvo que vayan acompañados de sus padres, tutores o autoridad familiar.

Las quejas de la asociación vecinal de SanJosé y del Consejo de la Juventud por que la norma no se hubiera flexibilizado en una verbena de estas características a través de una comisión habilitada, como se hizo el año pasado, derivaron en una reunión entre los representantes municipales y la Policía para buscar una solución. Se acordó encargar a los servicios jurídicos un informe que determinará qué personas deben responsabilizarse de un menor en un recinto cerrado donde se puede vender alcohol.

Ayer se establecieron las pautas, que permiten el acceso a estos espacios a los menores que vayan con sus padres, tutores, abuelos o tíos. Además, cada chico que acceda a la verbena junto a un adulto podrá ir acompañado de otros dos amigos, "siempre que el familiar de uno de ellos se responsabilice de los tres", apuntó la concejal de Fiestas, Gemma Allué. La edil afirmó que se trata de "una solución conjunta entre todas la partes que garantiza la protección y seguridad de los menores". Asimismo, aseguró que "no se transgrede la ley, ya que este ha sido el espíritu que hemos planteado siempre desde la comisión habilitada".

Estas pautas, que se recogerán por escrito, se comunicaron a la Policía autonómica y la Local y a la Asociación de Vecinos del barrio de la Encarnación, que anoche, después de la cena popular al calor de la hoguera, celebró la primera sesión de baile en la carpa instalada al efecto.

El barrio de San José llegó a plantearse recurrir el decreto, pero tras obtener el compromiso del concejal de Participación Ciudadana, José Mª Gella, de que se iba a buscar una solución al conflicto desistió de ello. La junta, en una reunión urgente, acordó de forma "unánime y absoluta" apoyar las actuaciones llevadas a cabo por la presidenta, Mª Eugenia Gabás, durante la verbena. Según indican en un comunicado, se trató de que "familiares adultos pudiesen entrar con menores y amigos en la carpa, al ser una verbena de barrio y las malas condiciones atmosféricas de esa noche".

La asociación también ha mostrado su agradecimiento por el apoyo del presidente de la Federación de Barrios Osca XXI. Javier Moreno tachó de "incomprensible" que se aplique una ley de grandes espectáculos "en unas fiestas de un barrio cuya única pretensión es potenciar la relación entre generaciones". "Estos festejos son una oportunidad para que los jóvenes vengan a divertirse al barrio, a convivir con los mayores", añadió.