La polipíldora real

Podemos mantener el cuerpo sirviéndonos de hechos cotidianos, de esas cosas que nos aburren y reconvertirlas en nuestro gimnasio.

Se trata de hacer 150 minutos de ejercicio, 30 minutos, cinco días a la semana. Nada más. 150 minutos que suponen salud. Es así de simple y para lo que no hacen falta gandes tablas de gimnasia, ni un preparador personal, ni esfuerzos extraordinarios, ni siquiera un gimnasio. No es tampoco porque llegue el buen tiempo y piense en la piscina o la playa, es porque tan solo un poco de ejercicio elimina de nuestra vida el sedentarismo, que es la puerta a numerosos problemas físicos, especialmente cardiovasculares. Nuria Garatechea, profesora de la Facultad de Ciencias de la Salud y del Deporte de la Universidad de Zaragoza e investigadora del Grupo de investigación Genud (crecimiento, ejercicio, nutrición y desarrollo, por sus siglas en inglés), explica que "es más peligroso ser sedentario que obeso. En términos de salud, es mejor ser un gordito que se mueve que un delgado sedentario, pero hasta ahora la ciencia ha mezclado ambas cosas". Indica además que "no es necesario hacer ejercicio como si fuéramos a correr una maratón, basta con moverse", y eliminar todas esas excusas que nos ponemos para hacerlo. Y para ello solo tenemos que mirar hacia nuestro día a día y aprovechar las oportunidades cotidianas que tenemos a nuestro alcance para sentirnos mejor y movernos más, saber que gastamos energía limpiando la cocina, pasando el aspirador... "todo suma, aunque a día de hoy, el gasto energético es muy bajo porque tenemos muchos avances tecnológicos, mando a distancia, lavadora…, y hay que hacer un esfuerzo extra para que esas actividades lleven gasto energético, que es salud". Como precisa la investigadora, el ejercicio es la polipíldora real: "Demostramos que tiene los mismos efectos que muchos fármacos para la tensión o la depresión, y sin contraindicaciones, porque vale para todas las enfermedades".


Para hacer ejercicio, hacer salud y mantenerse en forma no hace falta gastarse dinero. Uno de los estudios más curiosos realizados en el Reino Unido (por Master Cleaners, una de las empresas de limpieza más reconocidas del país) explica que adecentar la casa es una auténtica tabla de gimnasia: en una hora, fregar el suelo a mano supone un gasto de 400 kilocalorías (kcal); hacer las camas, 260 kcal; limpiar los cristales, 250 kcal; hacer los baños, 231 kcal; barrer, 156 kcal; pasar la aspiradora, 150 kcal; planchar, 140 kcal; lavar los platos a mano, 102 kcal; limpiar el polvo, 100 kcal y preparar la comida, 68 kcal. Además, hace una comparativa entre el desgaste que suponen las tareas del hogar y algunos deportes y los datos son sorprendentes: 30 minutos fregando el suelo equivalen a 45 minutos de bailes de salón; el mismo tiempo con la aspiradora, a 15 minutos de boxeo; y cocinando, a 9 minutos de tenis; limpiar el polvo, a 10 minutos de bailar salsa; ordenar estanterías, a 18 minutos de bádminton; y, por último, 30 minutos subiendo y bajando escaleras igualan a 19 minutos de salto a la comba. La American Heart Association también recomienda que sea uno mismo quien realice las tareas de la casa.


Todos estos datos están realizados con un cálculo de caloría aproximado para una persona media de unos 65 kilos, porque, como indica Nuria Garatechea, "no todos gastamos lo mismo, ni siquiera haciendo el mismo ejercicio y durante el mismo tiempo, depende de muchos factores, como la masa corporal". Precisa, además, que no debemos estar sentados más de una hora y que podemos entonces levantarnos, por ejemplo, a por un vaso de agua; que hay actos simples y cotidianos que ayudan a mejorar la salud, como caminar, o bajarse una par de paradas antes de autobús si vamos a larga distancia, aparcar un poco más lejos de donde queremos ir, subir y bajar escaleras sin coger el ascensor...