Caminos que se cruzan, la ciencia, comisaria del arte

Compositores que se adentran en aceleradores de partículas del Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN) para grabar lo que el oído no oye, fotógrafas de ‘celebrities’ fichadas por la NASA o teoremas que transmiten tanta belleza como el más delicado de los poemas. Sin duda, la ciencia ha encontrado en el arte un aliado para transmitir sus avances a la sociedad. Científicos y artistas actuales mantienen un idilio que se remonta al Renacimiento.

Bailarines de la compañía Gilles Jobin se confunden con las estanterías en el CERN
Caminos que se cruzan, la ciencia, comisaria del arte
Gregory Batardon-CERN/Jayne Wilton 2012

En el mayor laboratorio de física de partículas del mundo, las bibliotecas son un lugar sagrado al que los científicos acuden para seguir trabajando y perder de vista (aunque sea por unas horas) las paredes de su despacho. Rodeados de un silencio sepulcral, casi confundiéndose con las estanterías, tres jóvenes bailarines se contorsionan ante las miradas agradecidas de los físicos. Desconectar por unos minutos puede que les esté resultando más útil para llegar a su momento ‘eureka’ que una hora de estudio.


"Diferentes puntos de vista estimulan la creatividad, la imaginación y las formas de trabajar, además de abrirte los ojos a nuevos conocimientos", explica Ariane Koek, directora y creadora de Arts@CERN, el programa artístico del Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN).


Convencida de que arte y ciencia debían trabajar unidos, Koek propuso a la dirección del organismo desarrollar la política cultural del centro, basada en la creación artística. El requisito, que estuviera al mismo nivel que la científica y siguiera sus mismos criterios de exigencia. Así, en 2010, nacía Arts@CERN, formada por tres iniciativas: Collide@CERN, Accelerate@CERN y el programa de Visitas de Artistas.


Emulando los choques de partículas que se recrean en sus laboratorios, "el objetivo es hacer colisionar la mente y la imaginación de artistas y científicos para llegar a nuevas formas de pensar que se hagan realidad", compara la directora artística.


El compositor norteamericano Bill Fontana es un ejemplo de este maridaje. Equipado con acelerómetros muy sensibles –una herramienta que detecta vibraciones–, Fontana se adentró en los 27 kilómetros que mide la galería del Gran Colisionador de Hadrones (LHC) para grabar sonidos imperceptibles por el oído humano. "Cuando entras en el túnel sientes un sentimiento de respeto", confiesa el artista, en videoconferencia desde San Francisco (EE. UU.).


"Me interesaba averiguar cómo viaja el sonido dentro del túnel", asegura. Para ello, registró cientos de grabaciones, acompañado muchas veces por su ‘padrino’ científico del programa Collide@CERN, el cosmólogo Subodh Patil. Entre los dos surgió un sentimiento de admiración y respeto mutuo que continúa en la actualidad.


"Lo que más me impresionó de Bill fue el espíritu empírico con el que se aproximaba a sus creaciones", afirma Patil. Hasta entonces, el cosmólogo pensaba en los artistas únicamente como creadores de obras, sin la curiosidad por el descubrimiento tan típica en los científicos. Una idea que cambió radicalmente al conocer al compositor.


Un oasis para los investigadores


La filosofía de Collide@CERN es que, cada año, en una residencia de tres meses, dos artistas elegidos por un jurado exploran los principios de la física de partículas conviviendo con los científicos en el laboratorio de Ginebra (Suiza). No tienen la obligación de producir ninguna obra al final de su estancia, pero la inspiración que experimentan es tal que, desde 2012, cuando empezó el programa, todos han terminado su residencia con una creación bajo el brazo. "¡Bill Fontana creó una nueva pieza sonora a los tres días de estar con nosotros!", exclama asombrada Koek.


En esta experiencia, el papel de los científicos que apadrinan a los artistas es clave, y por eso son elegidos cuidadosamente por la organización. Durante los meses que dura la residencia, los investigadores disfrutan de un paréntesis en su ritmo frenético de producción de resultados. Un oasis cultural que les permite reflexionar y conocer nuevos puntos de vista, con ideas de vanguardia que, a la larga, beneficiarán a su investigación. "Las esculturas sonoras de Bill, además de ser bellas en sí mismas, tienen una poesía en su concepción que, como físico, encuentro muy atractiva", admite Patil.


Junto a Collide@CERN –financiado con fondos privados–, el programa artístico del CERN incluye Accelerate@CERN, residencia de un mes en la que participan artistas de un país concreto, y el programa de Visitas de Artistas, de un día.


Una experiencia de este tipo vivió Jayne Wilton, interesada en explorar todo lo relacionado con la respiración humana. Junto a Peter Hobson, físico de partículas en la Universidad Brunel (Reino Unido) e investigador en el experimento CMS del CERN, pasó dos días registrando las agitadas respiraciones de los físicos que andaban buscando el escurridizo bosón de Higgs, hace un par de años.


Como cuando echamos el vaho frente a un espejo y se condensa, el experimento consistió en que los científicos respiraran sobre una superficie de cobre brillante, de forma que su huella se quedaba grabada para crear un negativo. El resultado son formas evocadoras que plasman la interacción entre el investigador y su entorno. "Este trabajo emplea y trastoca los procesos de impresión tradicionales; es una alternativa al retrato", indica Wilton.


La belleza de las máquinas


Además de este tipo de iniciativas centradas en los artistas, la física de partículas utiliza ilustraciones para hacer llegar conceptos complejos al público. El CPAN, Centro Nacional de Física de Partículas, Antipartículas y Nuclear, potencia la conexión entre arte y ciencia en numerosas iniciativas, como su concurso de divulgación o la exposición del fotógrafo Peter Ginter, que el CPAN trajo a España, con espectaculares imágenes sobre el proceso de construcción del Gran Colisionador de Hadrones.


Para dar a conocer los beneficios de la física de partículas a los ciudadanos, han organizado una nueva muestra con imágenes impactantes. "Los grandes experimentos como el LHC, los telescopios de rayos gamma Magic o la instrumentación para el futuro laboratorio de física nuclear (Fair) tienen un componente visual muy importante; son realmente impresionantes y, por eso, bellos", destaca Isidoro García Cano, responsable de divulgación del CPAN.


Sin cierto esfuerzo creativo resultaría complicado que esta rama de la física llegara al público, algo que la astronomía y astrofísica consiguen con facilidad.