"Hemos venido toda la familia para mostrar nuestro apoyo a la asociación"

La marea de camisetas verdes estaba formada por participantes de todas las edades.

"Hemos venido toda la familia para mostrar nuestro apoyo a la asociación"
"Hemos venido toda la familia para mostrar nuestro apoyo a la asociación"

Ni la edad ni la condición física fueron un impedimento, ya que la organización dispuso numerosos vehículos para recoger a los que no pudieran completar los 17 kilómetros del recorrido. Entre los que sí terminaron estaban Pepe Ortiz, que junto a un grupo de ocho amigos llegaban sobre las 13.30 al Palacio de Congresos, donde les esperaba la comida popular a base de garbanzos que ofrecía Aspace.


"Nosotros estamos bastante acostumbrados a andar y lo hemos podido hacer sin problemas", explicaba Ortiz, aunque su mujer, Lola Burrial, matizaba la última afirmación de su marido, diciendo que igual había sido un recorrido "demasiado largo". Todos habían participado ya en las otras dos ediciones. "Estuvimos hasta en la primera marcha, en la que llovió mucho", decía con orgullo otra de las integrantes del grupo, Cristina Burrial.


Además del fin solidario, la jornada sirvió también para reunir a grupos de amigos con niños, que pudieron disfrutar de la cálida mañana. Era el caso de Piluca Larraz y Clara Redol, que completaron la marcha acompañadas de sus hijos y sus maridos. "Conozco a una trabajadora de Aspace que me habló de que iban a celebrar la marcha y lo comenté a nuestros amigos para poder apuntarnos todos juntos y colaborar así con la asociación", decía Redol. Completaron el recorrido en grupo con los más pequeños. Entre ellos el más valiente fue Ignacio Loscertales, que a sus diez años realizó nueve de los kilómetros del trazado corriendo junto a su padre, Luis, como explicaba al terminar la prueba, mientras recuperaban fuerzas sentados en las escaleras exteriores del Palacio de Congresos.


Allí, con la animación de Los Gaiteras de Tierra Plana, los Gigantes de Ayerbe, la Charanga de Tardienta o Factoría de Percusión, los participantes pudieron inmortalizar el momento de su llegada en un ‘photocall’ o reponer líquidos en la barra que había dispuesto la asociación.