La OCDE mejora su previsión para la eurozona por los estímulos del BCE y la caída del crudo

Incrementa en tres décimas sus estimaciones sobre el crecimiento del PIBen 2015 y 2016, hasta el 1,4% y el 2%.

La OCDE mejoró ayer sus previsiones económicas para la zona del euro tanto para este año como para el próximo por las medidas de estímulo del Banco Central Europeo (BCE) y por el bajón del precio del petróleo. En su informe interino de perspectivas, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) advirtió de los riesgos de que no se emprendan reformas que favorezcan la expansión de una demanda y una inversión muy débiles. El organismo también revisó al alza las proyecciones para Japón, mientras que mantuvo sin cambios las de Estados Unidos, que va a seguir siendo el motor económico del grupo, con un avance del producto interior bruto (PIB) del 3,1% en 2015 y del 3% en 2016, tras el 2,4% de 2014.


Para la eurozona, la organización calcula ahora que la progresión del PIB, después del modesto 0,9% del pasado ejercicio, será del 1,4% en el actual y del 2% en el próximo, es decir tres décimas más en cada caso de lo que había anticipado en noviembre. Entre los tres grandes países del euro, Alemania continuará siendo la que tire del carro, con incrementos del 1,7% en 2015 y del 2,2% en 2016, mientras Francia se quedará en un 1,1% y un 1,7%, respectivamente, e Italia con un 0,6% y un 1,3%.


La economista jefe de la OCDE, Catherine Mann, explicó que el dispositivo de compra masiva de títulos de deuda, anunciado por el BCE en enero, se ha traducido en una depreciación del euro que va a favorecer las exportaciones de los países de la eurozona y también en una fuerte subida de las acciones, que podría entrañar riesgos financieros si se creara una burbuja.


Por eso, hizo hincapié en que los políticos no deben asentarse únicamente en el BCE, ya que la llamada expansión cuantitativa que ha puesto en marcha no puede ser el único apoyo de la recuperación económica, y recordó que no deben ralentizarse las reformas estructurales.


Mann también apostó por una mayor armonización en las regulaciones en el interior del mercado único, en particular en las industrias de redes (energía, telecomunicaciones o transportes), porque eso hará más eficaz el conocido como plan Juncker para estimular la inversión y el consumo, que están en niveles bajos.

Otro de los problemas que afecta en particular a Europa es el paro y una tasa de empleo que apenas se ha recuperado, lo que está pesando en el hecho de que la productividad aumente a un ritmo muy superior que el de los salarios, que constituyen una de las bases para la demanda.


El escenario dibujado por la OCDE para EE. UU. es significativamente diferente, ya que en ese caso el principal vector de la "continuación del ciclo de recuperación" es la fortaleza de la demanda interna, alimentada por el abaratamiento del petróleo.


En cuanto a la apreciación del dólar, que va a perjudicar sus exportaciones, los autores del inmforme no creen que vaya a pesar de forma significativa sobre su PIB, ya que los estadounidenses van a consumir más productos extranjeros (ahora más baratos) y eso genera una dinámica positiva en el exterior, pero también en el propio país.


Sobre Japón, la OCDE mejoró sus previsiones de noviembre pasado tanto para este año al 1 % (dos décimas más), como sobre todo para el próximo al 1,4 % (cuatro décimas suplementarias), tras el estancamiento económico que vivió en 2014. Las razones son muy similares a las de la eurozona, es decir, el descenso del precio del petróleo, la política monetaria de su banco central y el paquete de estímulo fiscal para 2015. Mann insistió en que es "crucial"para Japón la aplicación de reformas estructurales.