La Audiencia ordena buscar a una testigo clave en un apuñalamiento

El tribunal suspendió el juicio que empezó a celebrarse contra un hombre acusado de herir con una navaja a un vecino del Gancho para robarle 60€.

Jesús F. F., ayer en la Audiencia Provincial de Zaragoza. oliver duch
Jesús F. F., ayer en la Audiencia Provincial de Zaragoza. oliver duch
oliver duch

Los magistrados de la Sección Tercera de la Audiencia de Zaragoza consideran necesario localizar a una mujer que supuestamente estuvo con los protagonistas de un apuñalamiento momentos antes de que este se produjese. Por ese motivo, tras escuchar tanto al agresor como a la víctima, decidieron suspender el juicio y ordenar a la Policía que la busque y le comunique que debe comparecer el próximo 10 de abril para contar lo que recuerde de aquella noche. Fundamentalmente, porque el agredido había bebido bastante y el acusado niega que fuera él quien lo acuchillara para robarle el dinero.


Los hechos ocurrieron sobre las 22.30 del 27 de abril de 2014 en la calle de Pignatelli. Según la víctima, Carlos Andrés R., esa noche se juntó con el acusado Jesús F. F. –al que no conocía de nada– y un travestido que nunca ha sido identificado. Aunque en principio accedió de forma voluntaria a ir a tomar algo con ellos, enseguida cambió de opinión. En ese momento, según declaró, Jesús F. F., le agarró del cuello mientras el travesti le metía la mano en el bolsillo y le quitaba el dinero. "Entre 60 y 90 euros", dijo ayer. Declaró que trató de defenderse golpeando a Jesús F. F. con una lama de persiana, pero que este se metió la mano al bolsillo, sacó algo y le golpeó en el abdomen. Cuando sintió algo "húmedo" y "caliente" por las piernas, se dio cuenta de que estaba herido. Aún le dio tiempo a acercarse al portal de su casa y avisar a su mujer por el portero automático. Concretamente, según una vecina, dijo: "Lorena, Lorena, que me voy al hospital que te quedas sin marido".


Un policía nacional declaró que justo le fue para llegar a la puerta del Provincial, ante la que se desplomó. El navajazo le alcanzó el hígado y si no le hubiesen operado, habría muerto. El acusado, que se enfrena a 12 años de prisión por tentativa de homicidio y robo, dijo que es inocente. Admitió que va por esa zona porque su mujer "desgraciadamente trabaja en la prostitución" y él está metido en la droga. Una vecina presenció la agresión y describió al autor como atlético, 1,87, rubio, que vestía un chándal rojo con rayas blancas. Su abogada, Noemí González, alegó que su cliente no responde a esas características.