Valeriano Gómez, exministro de trabajo y exdiputado del PSOE: "costará 10 años recuperar el nivel de empleo anterior a la crisis"

Este veterano economista pide revocar la reforma laboral del Gobierno que, en su opinión, supuso destruir un millón de empleos entre los años 2012 y 2013 y dejar bajo mínimos la negociación colectiva, de tal manera que apenas la mitad de trabajadores que estaban protegidos por un convenio hace cuatro años lo están hoy.

Valeriano Gómez impartió una conferencia el pasado martes en la facultad  de Economía y Empresa de la Universidad de Zaragoza.
Valeriano Gómez, exministro de trabajo y exdiputado del PSOE: "costará 10 años recuperar el nivel de empleo anterior a la crisis"
Aránzazu Navarro

-¿Podrá España volver a tener el nivel de empleo de antes de la crisis? y ¿cuándo será?

Primero, hay algo que tenemos que saber y es que el nivel de paro real en este país es superior al que dicen nuestras estadísticas. Estoy convencido de que hay muchas personas que han dejado de buscar empleo y ni siquiera aparecen en esas estadísticas y por tanto, tampoco están inscritas en las oficinas del paro. Y en segundo lugar, los cálculos son que si tenemos 5 millones y medio de desempleados, según la EPA, a medio millón cada año de empleos que pudieran con suerte generarse, costará diez años aproximadamente recuperar el nivel de empleo que este país tenía antes de la crisis.


-¿Es factible hacer eso con crecimientos inferiores al 2%?

Bueno, esa es la tarea. En la medida en que seamos capaces de acelerar el crecimiento y situarlo más cerca del 3% y en la medida en que podamos repartir algo el trabajo con un empleo a tiempo parcial pero de verdad, no con ese tipo de contratos que solo se declaran a jornada parcial pero que lo son a completa, podremos ir avanzando. Sin embargo, a este ritmo me da la impresión de que tendremos que esperar más de una década.


-¿Se cree las previsiones que en creación de empleo da el Gobierno para próximos años?

Lo primero que debería hacer el Partido Popular cuando deje de gobernar es dejarnos un país algo mejor que el que había cuando empezaron a gobernar porque todavía hay más de medio millón de empleos menos hoy que los que había entonces, en diciembre de 2011. Lo que le pasa a la propaganda del Gobierno es que tiende a olvidar cómo era este país y qué le pasó de 2012 a 2013 como consecuencia en parte de su reforma laboral, y es que perdimos nada más y nada menos que un millón de empleos. Se produjo un volumen de despidos de los más altos de nuestra historia. Así que el Gobierno en lugar de prometernos mucho empleo para dentro de años, lo que tiene que hacer es dejar un país que se parezca al que encontró. Pese a todo el empleo creado en los últimos trece o catorce meses, a consecuencia de su política hay mucho empleo destruido en 2012 y 2013, mucho trabajador despedido y mucho trabajador pobre que aún manteniendo el empleo tiene salarios de miseria.


-Junto con el nivel de paro, ¿no le preocupa también la drástica reducción que ha tenido la cobertura a los desempleados?

Por supuesto. No debe permitirse que la tasa de cobertura o la protección que tienen los desempleados se reduzca tanto. En 2010 llegó a estar en el 80%. Hoy está en el 52% en paro registrado mes a mes, pero si lo comparamos con el número de parados que hay en la EPA el nivel de cobertura de verdad apenas llega al 32 o 33%. Esto es lo que el Gobierno ha de cuidar, que todo el mundo tenga algo que poder llevarse a la boca e impedir que la pobreza se extienda más en una sociedad tan aquejada por el desempleo masivo.


-¿El plan Juncker de inversiones servirá realmente para dinamizar la creación de empleo en los países del sur como España?

Ojalá que sirva, pero a mí me parece escaso. Creo que va en la buena dirección, aunque habría que incrementar mucho más su dotación y junto a ello cuidar también especialmente de que se destine a paliar el fenómeno del desempleo y el incremento de la desigualdad en los países más afectados por la crisis.


-¿Al margen de ayudas europeas, ¿qué se puede hacer para mejorar el mercado de trabajo en España?

El problema del mercado de trabajo en España es estructural. España nunca ha sido capaz de dar empleo en número suficiente como para tener al conjunto de su población empleada dentro del país. Desde hace mucho tiempo, España ha sido un país de emigración. La excepción fue de 2002 hasta que llegó la crisis. En ese periodo nos convertimos en un

país de inmigración a caballo de una burbuja inmobiliaria, que está en la base de todo lo malo que nos está pasando. Por eso, para ganar al futuro, el tamaño de nuestras empresas debe crecer, así como las actividades exportadoras y todas aquellas que nos den más valor añadido, olvidando para siempre la pretensión de que España puede volver a construir 800.000 viviendas al año.


-¿Y no se debería también apostar por crear más empleo público y recobrar la calidad en los servicios al ciudadano?

Sí, desde luego. Yo creo que el país lo pide. Está reclamando una política educativa en la que lo público sea la mejor garantía de acceso de todos a un bien esencial como es la educación. Lo mismo, en materia sanitaria. Además, los ciudadanos están exigiendo que los excesos de la reforma laboral se reviertan. El desplazamiento del equilibrio que debe sustentar las relaciones laborales a favor del empresario no está siendo bueno ni siquiera para el funcionamiento de la economía en su conjunto.


-¿No cree que la negociación colectiva, igual que el poder de los sindicatos, ha quedado muy tocado por esa reforma laboral ?

Los datos de 2014, cuando sean definitivos, pueden ser contundentes en este sentido ya que puede llegar a ocurrir que apenas la mitad de los trabajadores que tenían convenio colectivo en 2011 lo tengan ahora. Sería el mayor volumen de reducción de la protección laboral que da un convenio colectivo desde que tenemos estadísticas en España.


-¿Piensa realmente que la UE va a permitirle a España alejarse de esta senda de la austeridad y revertir esas reformas?

Las instituciones de Europa están viendo que este camino que han marcado de austeridad a ultranza, de imposición de reformas impopulares y de abandono progresivo de bienes públicos se está traduciendo en hartazgo y desafección de la ciudadanía. Y creo que la UE está tratando de desandar ese camino.


-¿Confía en que la UE dé un giro a su política?

La verdad es que las perspectivas no son nada halagüeñas, sobre todo viendo el comportamiento que los países del norte están teniendo con el nuevo Gobierno griego. La distancia entre lo que piensan los ciudadanos del norte y el sur de Europa es cada día más grande y seguramente ese alejamiento es la peor contribución a la construcción europea que puede haber. Es necesaria más política fiscal que impulse la inversión pública hacia el sur del Viejo Continente, que es el que más padece el problema del paro.


-¿Y habrá cambios en el futuro Gobierno de España?

Creo que sí, que irrumpirán nuevas fuerzas políticas y tendremos un país más necesitado de acuerdos y de pactos y habrá que dialogar con más intensidad como ya se hizo en el pasado.


-¿Ve posible un pacto entre PP y PSOE para gobernar?

Lo veo muy difícil, por no decir imposible.


-¿Ni siquiera por supervivencia en el poder?

Los pactos no hay que hacerlos en función de la supervivencia en el poder sino para poder gobernar y llevar a cabo un programa de Gobierno determinado y ahora uno no adivina qué tipo de programa conjunto podrían formular PP y PSOE y que salga bien además.