Largas colas en taquillas y ovaciones

La respuesta de la afición oscense superó las expectativas del club, que había hecho un llamamiento para el partido más importante de la temporada en liga. Zidane, segundo entrenador del Madrid Castilla, fue el gran protagonista antes, durante y después del partido

Largas colas en taquillas y ovaciones
Largas colas en taquillas y ovaciones

No todos los días se recibe la visita del Real Madrid, aunque sea su filial, ni de uno de los ‘crack’ de la historia del fútbol. Y esa expectación se dejó sentir en las gradas del Alcoraz, que estuvieron especialmente repletas de jóvenes aficionados, muchos con el corazón dividido entre la SD Huesca y los blancos.


El partido se había declarado como Día del Club por primera vez en cuatro años, lo que obligaba a todos los socios a pagar 5 euros y a los no abonados entre 19 y 27 euros para los adultos y entre 12 y 20 euros para menores de 18 años. Sin embargo, la afición oscense hizo un esfuerzo. Hasta el viernes se habían retirado ya cerca de 2.500 entradas y ayer se formaron largas colas en las taquillas –se despacharon cerca 900 localidades– hasta el punto de que muchos aficionados rezagados incluso se perdieran los primeros minutos del partido. Como premio, todos ellos podrán beneficiarse de un descuento de 5 euros en el siguiente encuentro en casa ante el Rayo Vallecano B.


Ello hizo que la grada estuviera más colorida que de costumbre –prácticamente se dobló el número habitual de espectadores– y que se oyeran también más cánticos y vítores que en otras ocasiones en respuesta al buen juego de los oscenses. En los cambios, también recompensaron con aplausos a Tyronne, José Gaspar y Camacho, y al final del partido dedicaron una sonora ovación al equipo, que la devolvió desde el centro.

Ojeadores hasta del Leverkusen

En el palco estuvieron, entre otros, la alcaldesa de Huesca, Ana Alós, y el consejero de Presidencia del Gobierno de Aragón, Roberto Bermúdez de Castro. Y un poco más arriba, junto a las cabinas de los medios de comunicación, el club reservó varios asientos para ojeadores de clubes españoles como la Real Sociedad y el Real Oviedo y también internacionales como el Everton inglés y el Bayern Leverkusen alemán.


Además de Odegaard, Medrán, Burgui y compañía, la mayoría de los flashes ayer se los llevó el oficialmente segundo entrenador del Real Madrid Castilla, Zinedine Zidane, aunque de facto ejerció de primero dando órdenes de pie durante todo el partido. Ya la noche anterior decenas de niños y adolescentes habían esperado pacientemente a las puertas del Hotel Abba para ver la llegada de la expedición blanca con Zidane a la cabeza, que demostró su carácter afable haciéndose selfis con muchos aficionados.


El ‘crack’ francés fue el gran protagonista también ayer y no solo en el campo. José Víctor Alfaro, director de Podoactiva, proveedor oficial de Sanitas para el Real Madrid, invitó por la mañana a Zidane y a todo el equipo técnico y médico a visitar sus instalaciones en el Parque Tecnológico Walqa. Alfaro manifestó "la gran satisfacción de recibir a Zinedine Zidane, uno de los mejores futbolistas de la historia y un gran reflejo de valores como el esfuerzo, el talento, la humildad y la ilusión".


Ya por la tarde, aficionados oscenses se agolparon también a la llegada del bus blanco al Alcoraz. Y allí el francés siguió manteniendo su sonrisa. Solo en algunos momentos del encuentro cambió su gesto amable por la cara de enfado con sus pupilos. En su camino final al bus y pese a la dolorosa derrota, firmó más de una camiseta y posó para muchas fotos.