Fiesta y liderato

Los goles de Camacho, de penalti al filo del descanso, y Tyronne certificaron el dominio del conjunto oscense. Dani Jiménez salvó las escasas ocasiones del Real Madrid Castilla.

Los jugadores se abrazaron al final en el centro del campo. javier broto
Los jugadores se abrazaron al final en el centro del campo. javier broto
javier broto

Un rival lleno de futuras estrellas dirigidas por la batuta del mago Zinedine Zidane, la lucha por el liderato, la mejor entrada en liga de la temporada del Alcoraz... Había muchas razones para que la SD Huesca diera ayer un golpe encima de la mesa en su duelo directo con el Real Madrid Castilla, con el que llegaba empatado a 46 puntos, y los oscenses ejecutaron a la perfección el guión que les había marcado durante la semana Luis Tevenet. El premio no solo fue la victoria por 2-0, sino que vino aderezado con el liderado del grupo y la alegría de la afición, que despidió al equipo con una de esas ovaciones de las mejores tardes.


El Huesca, que había comenzado el partido en séptima posición tras las victorias de Real Unión de Irún y Toledo, acabó el encuentro como líder en solitario ya que el Barakaldo, que también optaba al primer puesto, empató sorprendentemente en casa contra el colista Conquense. Los oscenses suman 49 puntos, solo uno más que Real Unión, Guadalajara y Barakaldo. A dos se sitúa el Toledo y a tres ya los filiales del Athletic de Bilbao y Real Madrid.


Los tantos de Camacho, de penalti justo cuando ya el partido había entrado en el 45 de la primera parte, y de Tyronne, tras hacerle un lío a la defensa blanca, certificaron la superioridad que demostraron los oscenses durante casi los 90 minutos.


Y es que el filial madridista tan solo inquietó el área local con verdadero peligro cuando se había superado el ecuador de la primer mitad y solo durante cinco minutos. El conjunto de Zidane, que dejó en el banquillo de inicio al mediático Odegaard y a Medrán, tuvo cuatro claras ocasiones. En la primera, el larguero repelió el disparo de Benavente botando fuera de la línea de gol; en la segunda, el mismo 7 blanco lanzó un disparo que salvó Dani Jiménez; en el 37, Burgui se plantó solo delante del meta oscense, pero la mandó fuera; y en toda la segunda parte, Jiménez prácticamente solo tuvo que intervenir en un cabezazo de De Tomás, que sacó de la cruceta.


El Huesca, en cambio, sumó cerca de una docena de ocasiones claras, la mayoría en la primera mitad. Las más evidentes llegaron en el 26, cuando una doble prolongación de cabeza de Camacho y Mainz llevó la pelota hasta José Gaspar en el área pequeña, pero su remate fue muy flojo y lo paró el portero blanco. Solo un minuto después, una jugada perfecta de primeros toques acabó con un pase entre líneas de Mainz al capitán, quien metió gol pero fue anulado por fuera de juego. El 9 oscense, que se vació tanto en ataque como en defensa, tuvo una oportunidad clarísima en el 44 pero su disparo se fue al poste y Camacho no llegó a rematarlo ya que la defensa lo despejó a córner. Un saque de esquina del que nació el penalti a Manolo, que fue claramente derribado cuando iba a rematar durante un barullo en el área. Con el gol del capitán se llegó al descanso y la grada, feliz.


A la vuelta, la SD Huesca supo mantener el dominio e incluso en el 24 se adelantó de nuevo. Tyronne recogió dentro del área blanca un gran pase por alto de Manolo y en dos palmos se inventó un recorte que dejó casi sentado al central blanco. Con el camino ya despejado, cruzó el balón al segundo palo llevando el delirio a la grada.


Zidane había dado entrada minutos antes a Odegaard como mediapunta y tras el segundo tanto sacó toda su artillería con Mariano y Medrán. Pero los oscenses apenas sufrieron hasta el final del partido e incluso tuvieron la oportunidad de marcar el tercero en el minuto 40 con una contra que acabó con un disparo desviado de Camacho. El Real Madrid Castilla se volcó en los últimos minutos para no perder al menos el ‘golaverage’, pero ni eso se llevó.