La Consellería de Medi Ambient de la Generalitat informó a finales de enero de que la epidemia de sarna que había sido detectada a finales de 2014 se había disparado, lo que había puesto en marcha un plan para atajar la progresión de la enfermedad. Una primera medida consistió en la eliminación de los animales afectado.

Los cazadores y los agentes rurales de la Generalitat habían abatido 38 cabras aquejadas de sarna a finales de enero y el departamento de medio ambiente catalán estima que existen otros 98 ejemplares infectados. El primer ejemplar animal enfermo fue localizado el 5 de septiembre de 2014 y, desde entonces, el contagio se ha extendido y, recientemente, se ha acelerado como consecuencia del frío y de la época de celo de la especie.

Un portavoz del Departamento de Medio Ambiente de la DGA explicó que el Gobierno aragonés se ha dirigido a todos los agentes implicados en la conservación y seguimiento de la cabra montés en la provincia de Teruel para que extremen el "control" sobre esta especie "ante el peligro de contagio" existente.

La sarna detectada en la cabra montés no tiene ninguna repercusión en la salud humana. Se trata de una enfermedad con una mortalidad que oscila entre el 40% y el 95% y que sí puede transmitirse a las cabras domésticas, aunque, en este caso, tiene tratamiento curativo eficaz.