El zapatero de los famosos

Kate Middleton subió a una colina con unas sandalias de 8 centímetros de tacón y Beyoncé encargó 55 pares iguales, para ella y sus bailarinas. Los zapatos de Weitzman hacen furor y se fabrican en España.

No tienen los pies en el suelo. Los tienen a 12 centímetros, sobre unos tacones altísimos. Es la medida estándar, como el 90-60-90 de la pasarela. Y las famosas se han plegado sin chistar a este protocolo de altura que desafía el equilibrio. Los zancos de 20 centímetros de Lady Gaga o el zapato plano de Carla Bruni no dejan una bonita huella sobre la alfombra roja. Allí se pisa con zapato de salón, alto, el pie semidesnudo. Cinco tiras finas adornadas con 460 diamantes le sujetaban los pies a la actriz Laura Harring, la Cenicienta de Stuart Weitzman sobre aquellas sandalias de 850.000 euros que lució en la gala de los Óscar en 2012. Weitzman, un prestigioso diseñador de calzado neoyorquino que aprendió el oficio de su padre, le prestó las sandalias a la actriz mexicana, luego las subastó y donó la recaudación a una causa benéfica. Un negocio estrepitoso y una operación de marquetin redonda que puso a las actrices de Hollywood a sus pies.


Le apodan ‘el zapatero de las estrellas’ y entre sus clientas, mujeres que pisan fuerte como Angelina Jolie, Gisele Bundchen, Beyoncé, Kate Moss, Claire Danes, Bar Refaeli, Jennifer Lopez, Elsa Pataky, Sandra Bullock, Kate Middleton y Jennifer Aniston, que eligió unas ‘nudist’ de Weitzman para la última ceremonia de los Óscar. Este modelo es el "más minimalista y sexy, el icónico" que han llevado Miranda Kerr, Diane Kruger, Jennifer Lawrence...


Todos ellos se fabricaron en Elda (Alicante), donde el empresario americano ha montado un emporio de 11 fábricas (algunas están en el municipio de Petrel, a 8 kilómetros) que emplean a 1.500 personas y facturan 300 millones de euros anualmente. "Aprecio mucho el carácter español y la dedicación de los artesanos", agradece el ‘jefe’ en perfecto castellano.


El Ayuntamiento de Elda le nombró Hijo adoptivo en 2007 por su contribución para exportar el ‘made in Spain’ y reforzar el pujante sector del calzado, que integran 1.500 empresas y 25.000 trabajadores en España. Él corresponde al halago y pasa medio año en esta población alicantina de 53.000 habitantes, muchos de ellos artesanos de la piel, a la que llegó en 1971.


Buscaba un lugar donde continuar el trabajo en el que le inició su padre, Seymour Weitzman, dueño de una fábrica de zapatos de Massachusetts. Aquel pequeño negocio familiar que cogió junto a su hermano en 1965, ha crecido con más de cien tiendas en todo el mundo, incluida la única que tiene en España, en Barcelona, y puntos estratégicos de venta como los almacenes Harrods de Londres. Además del ‘showroom’ de Manhattan, la sala donde Weitzman expone las novedades (idea 400 modelos distintos cada temporada) y que ha decorado con 3.000 pelotas de ping pong sobre azulejo veneciano.


"Durante una visita a Australia, Kate Middleton subió a una colina con unas sandalias mías de ocho centímetros. Unos días después fue fotografiada en una playa con las mismas sandalias. ¡No sabía que tuvieran un uso tan deportivo!". La futura reina de Inglaterra es una de sus mejores clientas, aunque se guardan bien de desvelar qué zapatos prestan, cuáles regalan y cuántos venden. "Tiene unos azules de cuña de corcho que cuestan 395 euros y que ha utilizado hasta la saciedad, casi siempre con looks más informales. Es fantástico porque Kate Middleton tiene una buena imagen, muy fresca, y se ha convertido en un icono de la moda en Estados Unidos", cuenta una responsable de la firma.


Se coló en los Goya


Profeta en su tierra de adopción, Weitzman también tiene una clientela VIP en España: Paula Echevarría, Cayetana Guillén Cuervo, María León, Dafne Fernández, Macarena Gómez... "Barbara Lennie, ganadora del Goya a la mejor actriz en 2014 por ‘Magical girl’, llevó una sandalia ‘nudist’ en dorado a la ceremonia".


Pero si tiene que elegir a su mejor clienta, se queda con Beyoncé. Una vez me dijo: "He bailado mil millas con tus zapatos. Son tan cómodos como bonitos", cuenta el diseñador.


Weitzman mantiene con las famosas una "relación profesional", pero el roce y el negocio hacen el cariño y Beyoncé le deja notas con un "gracias" como acuse de recibo. Para la gira ‘The Mrs. Carter Show’ la artista encargó 55 pares de zapatos iguales –en tres colores–.

Unos para ella y los 54 restantes para sus bailarinas.


El precio medio del par ronda los 400 euros, aunque las sandalias sin tacón valen algo menos. Por arriba, el techo está en 895.000. "La compra la hizo una princesa anónima", desliza Weitzman. Y a propósito de esto, recupera una anécdota con Queen Latifah, una rapera estadounidense. "Le dije que entre mis clientas había cinco reinas de monarquías europeas (no figura Letizia), pero que mi favorita era ella". Zapatos con tantos ceros solo ha vendido un par, pero "bajo pedido" confecciona unas botas altas con cristales de Swarovski que han llevado en alguna actuación Rihanna y Jennifer Lopez.