La ribera del Ebro se prepara para una avenida extraordinaria

La previsión inicial se quedó corta y en Castejón se esperan unos 2.300 m3/s, una riada muy similar a la de enero de 2013.

Los municipios zaragozanos situados a orillas del Ebro se preparan para una riada extraordinaria que podría llegar a los 2.300 metros cúbicos por segundo (m3/s), un caudal muy similar al registrado durante las crecidas de enero de 2013. Las lluvias que siguieron cayendo al norte de la cuenca a lo largo de todo el viernes y durante las primeras horas de ayer provocaron que los cálculos iniciales de la Confederación se quedaran cortos y que se vayan a superar holgadamente los 1.800 m3/s estimados en un primer momento.


No obstante, en principio no se espera que la crecida afecte a los cascos urbanos más amenazados: los de Novillas, Pradilla, Boquiñeni, Alcalá, Cabañas y Pina. Por contra, sí anegará miles de hectáreas de campos –las más expuestas a la subida del nivel de las aguas–.


Según las previsiones de la CHE, la punta de la crecida pasará por la localidad navarra de Castejón la próxima madrugada con unos 2.300 m3/s, una cifra que está ligeramente por encima del caudal a partir del cual una avenida se considera extraordinaria –2.200 m3/s–. Eso significa que entrará en Aragón a lo largo de mañana lunes –unas 12 horas después– y que llegará a Zaragoza capital en la tarde-noche del martes.


La Dirección General de Interior de la DGA mantiene activado el plan especial de protección civil por riesgo de inundación en fase de preemergencia. No obstante, fuentes del Gobierno de Aragón confirmaron que a última hora de ayer la situación era de normalidad. Por su parte, desde la Confederación Hidrográfica del Ebro explicaron que no ha habido ninguna solicitud para hacer actuaciones de emergencia, aunque la guardería fluvial está supervisando todo el sistema de defensas por si se detecta alguna incidencia.


En el municipio zaragozano de Novillas, el primero del tramo aragonés del Ebro, el Ayuntamiento colocó ayer por primera vez un sistema de vallas y postes con el que se intentará que el río no llegue a las calles más bajas del casco urbano –cada vez que hay una crecida importante, el agua se queda a las puertas del pueblo–.


En enero de 2013, el Ebro alcanzó los 2.235 m3/s a su paso por Castejón, una caudal máximo parecido al que se espera para hoy. Entonces en Aragón no hubo afecciones a los casco urbanos, aunque no pueden descartarse porque siempre existe el riesgo de que ceda alguna mota. Además, hay que recordar que entonces la Confederación reconoció que en determinados puntos los daños provocados por la riada fueron mayores de lo que cabía esperar en una avenida de esas magnitud, fenómeno que puede volver a repetirse.