El Ayuntamiento de Alcañiz asume la deuda del Casino para convertirlo en una residencia

El centro ha tenido que cerrar ante la falta de relevo generacional de sus gestores. La asociación que administraba el edificio se fundó a principios del siglo XX.

Cuatro décadas después de su inauguración, el Casino de Alcañiz ha cerrado sus puertas
El Ayuntamiento de Alcañiz asume la deuda del Casino para convertirlo en una residencia
L. Castel

Cuatro décadas después de su inauguración, el Casino Cultural y Artístico de Alcañiz cierra sus puertas para siempre. La avanzada edad de sus 165 socios unida a la falta de relevo generacional y a su importante deuda, 200.000 euros, ha provocado que una de las asociaciones con más solera de la capital bajoaragonesa –se fundó a principios del siglo XX– se disuelva. Atrás quedan las tardes de jugar a las cartas y las noches de bailes, pero se mantiene su principal valor patrimonial: su sede. Un edificio de tres plantas y terraza situado en pleno centro de Alcañiz, detrás del Ayuntamiento y a las faldas del Castillo Calatravo, actual Parador de Turismo.


La asociación podría haber sacado un rédito económico realizando una subasta pública de su sede, tal y como lo fijaban sus estatutos, puesto que su valor catastral es tres veces superior a su deuda, 600.000 euros. Sin embargo, los socios aprobaron en asamblea ceder su activo y pasivo (bienes y deuda) al Ayuntamiento para que su patrimonio se quede en la ciudad con un fin social.


Con esta fórmula, el Consistorio asume la deuda del Casino, 200.000 euros, a cambio de quedarse con su sede, que si no habría salido a subasta por 600.000 euros. "Agradezco a los socios su apuesta por Alcañiz porque podrían haber sacado beneficio económico y repartirse el dinero. Los fundadores del Casino estarían muy orgullosos de ellos", afirma el alcalde de Alcañiz, Juan Carlos Gracia Suso.

Tres meses

Una vez llegado a un acuerdo, ahora el Ayuntamiento tiene tres meses para redactar el convenio para la cesión con la Asociación que gestionaba el edificio. El documento blindará el uso de la sede, que siempre tendrá que ser social a petición de ambas partes. Los dos usos que se están barajando son un Centro de Día o una residencia pública de ancianos, dos servicios muy demandados y que no existen en la ciudad.


Ya se ha comenzado a trabajar con el departamento de Servicios Sociales para estudiar cuál es la opción más viable. En principio, no obstante, la más factible teniendo en cuenta las características del edificio es la del centro de día. Además, es la que requeriría una menor inversión porque el inmueble cuenta con una cocina, comedor y salas de grandes dimensiones.


La otra incógnita es saber como hará frente el Consistorio, con una deuda de 8, 6 millones, al pago de los 200.000 euros. Al respecto, Gracia Suso asegura que se trata de un tema "interno" y que aceptarán el dictamen del departamento de Intervención. Se podría fraccionar el pago en varios años incluyendo una partida en los presupuestos o por el contrario abonar la suma en una sola cantidad.


La inversión pública es, en estos momentos, prácticamente la única salida para conservar edificios de interés. Los altos costes económicos de su mantenimiento y el cese de la actividad para el que fueron construidos, por la crisis o los nuevos tiempos, han provocado que muchos inmuebles emblemáticos de buena parte de la provincia de Teruel se vean obligados a cerrar sus puertas por falta de mantenimiento. Corren, incluso, riesgo de ruina si no se interviene a tiempo.


Para que no caigan en el olvido por su gran valor patrimonial o sentimental, ayuntamientos y comarcas se hacen cargo de ellos para ubicar en sus instalaciones servicios municipales. No obstante, el principal problema con que se encuentran estas administraciones es que, además de sufragar su compra, después tienen que realizar obras de mejora para adaptar el edificio a su nuevo uso.


Al tratarse de inmuebles, en su mayoría antiguos, requieren continuamente más trabajos de rehabilitación que en el caso de ser fincas de nueva construcción, y por lo tanto, el coste para afrontar proyectos de recuperación se dispararía.

Otros casos

En el Bajo Aragón Histórico hay otros ejemplos recientes que se suman al de Alcañiz. En Samper de Calanda, en la zona del Bajo Martín, el Ayuntamiento compró en 2013 el antiguo cine al Arzobispado para rehabilitarlo como sala cinematográfica y centro cultural. La operación se cerró por 80.000 euros tras una década de negociaciones por parte del Consistorio, que no querían aportar ninguna cantidad para la rehabilitación de la edificación hasta que no fuera propiedad municipal.


En el lado opuesto se sitúa el Ayuntamiento de Calanda. La corporación solicitó recientemente ayuda al Ministerio de Cultura y a DGA para la compra de la casa natal del cineasta Luis Buñuel, por la que una inmobiliaria pide 600.000 euros, una cifra que no puede asumir una localidad de casi 4.000 habitantes. Sin embargo, la negativa de estas administraciones en la colaboración financiera ha provocado que el proyecto de compra ya esté casi descartado.